Amistoso. La palabra bien lo dice. Bajo un clima de tranquilidad, Quilmes cayó en su primera prueba frente a Boca Juniors por 78 a 71 tras igualar en 67 en el tiempo regular. El conjunto de Leandro Ramella, sin Cristian Romero ni Gastón Essengue, tuvo un gran segundo tiempo y mostró signos positivos.
Arrancó mejor Boca gracias a la eficacia de John Degroat, que monopolizó la ofensiva xeneize. El único foráneo de la visita, quien no tuvo a Aguerre ni a Diez y que aún le resta sumar dos extranjeros, fue el alma del primer cuarto. Quilmes se sostuvo con su mano de tres puntos, con Rios calentando la muñeca de a poco.
En el segundo parcial Degroat siguió lastimando. El atlético ala pivot fue defendido por Maciel, en una clara muestra de lo que será el rol de Maxi, salvo que en el TNA hay pocos jugadores del nivel del americano. Junto al trabajo de Van Lacke, Boca lastimó con sus penetraciones. Del otro lado, Gallizzi de a poco empezó a ganarle el duelo a Delia mientras que desde el banco aparecieron tres triples (Vildoza, Grutzky y Ortiz) para que Quilmes se mantenga en partido.
Tras el descanso, se vio lo mejor del tricolor. Más firme en defensa, con Rios frenando a Hopson, Eseverri a Van Lacke y Gallizzi a Delia, Quilmes aprovechó la desaparición de Degroat para hacer su juego. Fue inteligente y leyó a la perfección dónde estaba el negocio. Inesperadamente, el abanderado en ofensiva fue Gallizzi y no desde su trabajo en el poste bajo, sino por su defensa en la primera línea y su velocidad en el contragolpe. Con sus 8 puntos en el parcial, más la constante tarea de Maxi Rios, el Cervecero clavó un 21-12 para irse sólo a dos puntos al último descanso.
El segmento final mantuvo la paridad. Gallizzi dominó en defensa y en ataque supo encontrar sus espacios. Hopson apareció en Boca, Rios ya desgastado no pudo frenarlo, y el ex Quilmes corrió y penetró fiel a su estilo. Fue la única arma del local, pero efectiva para frenar la embestida tricolor. Un bajo goleo en el último cuarto derivó en el 67-67 final para ir a tiempo suplementario.
Los 5′ finales estuvieron de más. Quilmes ya conforme con lo realizado, no defendió las primeras dos posesiones con la misma intensidad y Boca se despegó en el marcador. La primera prueba para el Tricolor, frente a un rival con mucha jerarquía individual, fue con un saldo muy positivo.
Puntos altos
– La tarea de Tayavek Gallizi. El pivot se bancó casi 30′ en cancha con 4 faltas y en ningún momento se escondió. En defensa dominó a Delia y en ataque encontró sus puntos en la constancia. Su capacidad y facilidad para correr el contragolpe, pese a su tamaño, será de gran utilidad.
– Roles definidos: Se vio un Quilmes muy ordenado y disciplinado tácticamente. Casi sin cometer errores defensivos, con buenos balances y ayudando en los momentos necesarios. Si bien es cierto que el rival también tuvo sus ausencias, no pudo lastimar en contragolpe ni se encontró con espacios para correr. En ataque, Ríos se erigió como el abanderado tomando mucho protagonismo. Mientras que se vislumbró un equipo con una interesante mano de tres puntos.
– Actitud defensiva: Si bien era amistoso, la intensidad defensiva no bajó en los 40′. No sólo desde el banco se escuchaba esa orden, sino que entre los mismos jugadores se observó un gran compromiso en el aro propio.
Boca (67) 78: Hopson 12, Van Lacke 16, Migliori 5, Degroat 26 y Delia 15 (FI) Copelo 4 y Da Silva 0. DT: Néstor Garcia.
Quilmes (67) 71: Cadillac 0, Rios 20, Eseverri 3, Maciel 14 y Gallizi 20 (FI) Ortiz 8, Vildoza 3 y Grutzky 3. DT: Leandro Ramella.
Parciales: 21-12 / 43-32 / 55-53 / 67-67 / 78-71.
Estadio: Polideportivo «Presidente Perón» de Coronel Vidal.
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Crónica: estoesquilmes.com.ar
Fotos: Demián Schleider www.infoliga.com.ar
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