Sumamente optimista y recuperado de manera total de un microdesgarro que lo dejó afuera de los últimos tres juegos, Bruno Lábaque se mostró expectante por su regreso a la cancha: el capitán de Atenas volverá este este domingo, cuando el Griego reciba a Weber Bahía Estudiantes, por la 10ª fecha de la Liga Nacional de Básquet.
“Estoy con muchísimas ganas, porque venía con una linda racha antes de la lesión y quiero estar en ese nivel. Además, me pone contento lo rápido que pasó la recuperación: me habían dicho 20 o 25 días y a los nueve días ya estaba entrenando diferenciado”, dijo Lábaque, quien jugó su último partido el 18 de noviembre, cuando el verde visitó a 9 de Julio en Río Tercero.
«Hice tratamientos con células madre y ozonoterapia. Eso me acortó mucho los plazos. De hecho, en la fecha pasada el desgarro ya había cicatrizado, pero no me hicieron jugar por precaución», agregó.
¿Te sentís a pleno o todavía te falta?
La verdad es que estoy sorprendido. Habíamos quedado que iba a ir entrenándome 10 minutos, parando otros 10, volviendo a jugar… Y cada vez que Ale (Lotterio, el DT) me quería sacar yo le decía que no, porque me sentía bien. Jueves y viernes entrené toda la práctica. No tengo miedos y me siento muy bien.
¿Qué objetivos se trazan para lo que viene?
La prioridad es hacernos fuerte como locales. Ganamos partidos como visitantes, pero tuvimos muchas falencias en casa. Si metemos estos dos partidos (el martes reciben a Peñarol) vamos a estar prendidos arriba. Y después tenemos otros cuatro juegos en 2012, con uno de esos como locales. Si terminamos haciéndonos fuertes en Córdoba, por cómo empezamos la temporada estaríamos recontrafelices. Además, no hay que olvidarse que estamos sin un extranjero y que tuvimos un montón de lesiones. Por eso, el esfuerzo del equipo y de los pibes es más que meritorio.
¿Cómo viviste estos partidos desde afuera?
Tranquilo, porque sé la calidad que tienen los chicos, sobre todo Brunito (Colli) y Nico (Zurschmitten). Yo confío muchísimo en ellos. Me da una felicidad enorme ver cómo están y todo lo que están aportando. Lo disfruté y me emocioné de verlos. A estos pibes los tuve en brazos y pasaban mucho tiempo en casa. Pero les vivo rompiendo las pelotas: he visto cracks como Matías Tomatis y Pedro Casermeiro y sé lo difícil que es mantenerse. Tienen que poner todo y laburar, porque tienen todas las condiciones, pero no se tienen que marear.
¿Qué necesita el equipo de vos? ¿Qué lectura hiciste en estos partidos que viste desde afuera?
Tanto con Quimsa como con Libertad nos faltó gol de afuera. Creo que puedo aportar eso. Venía con promedios altos y buenos porcentajes. Es un equipo corto, no tenemos a Román (González), no tenemos extranjero y se complica. Pasamos a ser todos comodines. Uno se pone a predisposición: yo jugué de base, de escolta y en algún momento también de alero. Mientras se gane y sigamos creciendo, soy feliz y no me importa jugar de lo que sea. Ale (Lotterio) sabe que si inclusive tengo que estar en el banco, estoy en banco. No tengo dramas.
Desde el partido clave que dieron vuelta frente a Sionista, ¿sentís que, más allá de la racha positiva, el equipo se consolidó y se hizo fuerte?
Sí, el equipo se hizo muy fuerte, y en lo individual crecimos varios jugadores. En la primera fase todo el mundo hablaba de que ninguno de nosotros llegaba a 10 de promedio y en la segunda fase tengo 21,5. Pero es normal lo que pasó: era un equipo totalmente nuevo y cada uno necesitaba encontrar su rol. Hemos tenido mucha mala suerte con las lesiones y también está la situación del club, que no nos permite tener extranjeros. Dimos muchísimas ventajas. Nosotros le hemos ganado a equipos con tres americanos. Nos hicimos un pacto, en una charla que tuvimos, porque no somos ajenos y vemos la realidad del club, que es una familia. La fórmula es redoblar esfuerzos. Podemos perder por 20, ganar por 20 o festejar en la última bola pero el esfuerzo del equipo está.
Entrevista: Gabriel Rosenbaun – MundoD.com.ar