Desde las aulas de la Escuela Julio Toro han salido grandes entrenadores. Uno de ellos es Manolo Cintrón, pero también hay alumnos foráneos que se ganaron la confianza del boricua.
Néstor Che García es uno de ellos. En 1980 su padre Rafael García, trabajaba en la empresa de ferrocarriles argentinos y además era funcionario de Olimpo de Bahía Blanca, donde le asignaron que se encargara del nuevo DT del club: un joven de 36 años de edad con acento boricua y los entendibles nervios de la primera vez fuera de su país.
Julio Toro inició una gran amistad con Rafael y recuerda con emoción toda la ayuda que le brindó. “Era un amante del baloncesto”, expresa el “Héroe de Portland”. Cuenta que Che García, a pesar de tener 14 años, estaba muy interesado en el básquet y por ello se fue ganando la confianza de Toro a tal punto que un día le ofreció irse a Puerto Rico a trabajar con él y así abandonar su tediosa labor en los Tribunales de Bahía Blanca. “Ni lo pensó un segundo. La alegría le duró como tres semanas. Su oficina era la cancha”.
En un restaurante vasco de la calle Moreno en el barrio Monserrat de Buenos Aires, acepta realizar la entrevista el Che García, nuevo DT de la selección de Venezuela. “Julio es mi padre”, sentencia de golpe. Ahora sabe que tiene el reto de emular lo conseguido por él con el combinado nacional.
El nacido en Bahía Blanca conoce la dificultad del Premundial. Su experiencia en Uruguay, Puerto Rico y México, le permite tener un diagnóstico del certamen. “Es un torneo bravísimo. Yo dirigí en México y tiene un muy buen equipo con un NBA como Gustavo Ayón. Canadá con Nash ahora al frente, Uruguay con esta camada de muy buenos pilotos. Siempre Brasil, Argentina y Puerto Rico clasifican. Es un autobús con pocos asientos, pero confío que vamos a sentarnos en uno. Tengo fe que vamos a España. Por eso asumí este compromiso”.
El técnico de Boca Juniors sabe que el básquet venezolano posee buenos ingredientes pero reconoce que faltan algunos aderezos para que la receta sea perfecta. “Hay que buscar la combinación de lo mejor, como su corazón, su carrera, su agresividad, y a eso ponerle un sistema defensivo que complique. De ‘score’ bajo. Exprimir con paciencia y movilidad las ofensivas. Entender que cuando sacas 8 puntos es mucho. Hay que protegerlos”.
GV (Greivis Versatil). García habla sobre un jugador clave: Greivis Vásquez. El oriundo de Coche fue el líder en asistencias de la NBA en esta campaña con 704 vistiendo la camisa de los New Orleans Hornets, ahora Pelicans. Pero el entrenador no tiene muy claro o no desea develar aún en qué lugar jugará. “Me parece que el talento de él es para usarlo infinitamente. Incluso pudiera ser un 3 bajo. Como es longilíneo y alto. Su versatilidad es fantástica. Quiero utilizar sus condiciones como anotador y como creador, él también puede hacer mucho mejor al resto de sus compañeros”.
Habla de Greivis con propiedad y detalle. Sabe que tiene a una auténtica figura. Hace una radiografía más profunda con la pasión de un argentino que habla con orgullo de Messi. “Tiene los brazos largos. La pelota la tiene atada. Es muy difícil quitársela. Lo presionan y se pone de costado y después sale rápido como un base ¡Tiene unas condiciones increíbles! No tiene techo. Aparte me encanta su sentido de pertenencia. Ama a su país”.
Con dos NBA. El tema de Oscar Torres es ineludible. Se mantiene intacto con Marinos y fue la estrella que más brilló en la constelación de hace semanas en el Naciones Unidas. “Más allá de su talento como jugador, conozco su integridad como ser humano y humildad. Y yo no me lo quiero perder. Tengo que verlo cara a cara, voy a tratar que se ponga un poquito colorado con lo que le voy a decir. Respetaré su decisión, pero hablaré con él”.
“Debemos empezar a implantar y desarrollar ideas para metas a corto y mediano plazo para que el básquet venezolano siga creciendo. La idea es siempre dejar algo”, con esa frase culmina Che García la entrevista.
El tiempo apremia. En un salón privado del restaurant lo aguarda la junta directiva de Boca Juniors, club con el que llegó a semifinales de la Liga Nacional de su país .Y en su segunda tierra, lo espera el reto más importante de su carrera: incluir al Gloria al Bravo Pueblo en el “soundtrack” de España 2014 y demostrar que puede reeditar viejas glorias. Esas que consiguió Julio Toro, la persona que le hizo cambiar aquel vetusto escritorio de Bahía Blanca por el tabloncillo universal.
Entrevista: Diario El Nacional de Venezuela