El juvenil base de Quilmes, Dragan Capitanich, impuso su fuerza de salto en la final y se quedó con el título del Torneo de Volcadas en la XXI edición del Juego de las Estrellas, que organiza la Asociación de Jugadores de Básquetbol. El juvenil, de 18 años, superó a tres estadounidenses en la definición. «No había practicado nada, inventamos todo en el momento», se sinceró el chaqueño.
La historia dice que ya habia juveniles de los equipos de Mar del Plata que llegaron a la final de este torneo: Eduardo Tabbia, del Peñarol campeón en 1994, perdió frente a Marcelo Mangiacavalli, y unos años después el tandilense Mario Ghersetti, ahora jugando en Italia, caía frente al bicampeón Walter Hermmann.
El chaqueño logró impresionar al jurado en las semifinales, donde enfrentó a tres extranjeros: James Williams y Brice Assie (reemplazante de Marcos Casini), que quedaron eliminados en dicha ronda ante Capitanich, y el ganador de la edición 2007 y ahora jugador de Peñarol, Byron Jhonson.
Ya en la final, el base de Quilmes realizó un primer salto espectacular por sobre Rosco, la mascota de la AdJ, y obtuvo el mayor puntaje en la primera ronda. En la segunda Johnson le puso incertidumbre a la definición con una volcada potente, que le daba los 50 puntos.
Allí el de Quilmes intentó algo que no tenía preparado con Sebastián Ginóbili, pero al no lograrlo en la primera oportunidad el chaqueño cambió de planes. Realizó una acción individual con giro completo que le terminó dando la victoria.
Sobre las sensaciones que le provocó el hecho de meterse en la final del torneo, Capitanich, de 18 años y 1,89, explicó: «Nerviosismo por dentro, más que nada, porque no había practicado ninguna volcada y nos pusimos a inventar algo ahí, sobre la marcha, con Jaz (Cowan, su compañero) y con el Gallego (Miguel Mira, utilero de Quilmes)… Estoy muy contento, porque lo que quise hacer me salió, excepto lo que intentamos con Sepo…».
¿Qué pasó en esa con el Sepo, porque no te salió la primera y no le diste una segunda oportunidad?
No, me jugué la segura. Prefería hacer esa que la había practicado una vez y me salió…
Fue la misma que intentaste en la primera ronda y no te salió. Al final terminaste saltando sobre Rosco…
Claro, en la primera intenté pero a dos manos, pero en la segunda la aseguré. La hice a una mano.
¿Con Rosco practicaste?
No, nunca. Lo había hecho pero con el Gallego. Lo puse en la misma pose al Gallego, pero no era lo mismo… (se rie). Al viejo (por Mira) le agradezco, porque me ayudó mucho.
¿Qué sentiste cuando viste que el puntaje era el ganador y te quedabas con el título?
Una alegría por dentro que no se puede explicar. Ver a mis compañeros ahí, felices y contentos, es algo hermoso. Encima estaban todos ahí, no sé de dónde salieron, pero estaban todos.
¿Qué sucederá a partir de ahora, cuando tu nombre aparezca en todos lados?
Va a ser un poco raro, ¿no?. Me pone feliz, será una experiencia linda.
¿Es una manera de meterle presión a Esteban (De La Fuente, técnico de Quimes) para que te ponga?
Nooo, para nada, los que me van a tener que aguantar son mis compañeros a mí. Sobre todo Pini (por Salles)…
Ahora cuando la volqués no te pueden decir nada.
No, no me van a decir nada, porque ahora tengo una excusa: soy el campeón.
Entrevista: Miriam Alcalde, Marcelo Fredotovich – Prensa Quilmes
Fotos: Marcelo Demián Schleider www.infoliga.com.ar