Consultado por su actualidad, Lucas respondió que «hoy estoy prácticamente igual que hace un mes y medio atrás. Sigo con dolor, con inflamación y no sé si mañana me voy a levantar igual o mejor. En todo este tiempo de recuperación diría que sólo he mejorado un 1%. Es un fastidio muy grande, porque cumplí con todos los requisitos de la recuperación que me había planteado».
El golpe que generó la molestia se genero en un choque ante Julio Mázzaro, en el partido disputado en Mar del Plata el 20/10. Si bien pudo continuar jugando hasta el cierre de la Primera Fase (sólo descansó ante Argentino de Junín), no ha pisado la cancha en toda la segunda rueda ni el Súper 8. Ha tenido descanso durante casi 45 días y como él mismo comentó no hubo mejoras.
La cuestión principal es el diagnóstico. En un principio, no salió nada en los estudios iniciales. Al continuar la molestia y ya con la decisión tomada del reposo, viajó a Capital Federal para realizar más pruebas y allí se le descubrió una hernia, con posibilidad de ser operada. Al regresar a Mar del Plata, con el estudio en sus manos, otros médicos le comentaron que no observaban nada. La diferencia de criterios es lo que hoy genera la mayor confusión, ya que una palabra genera ilusión para darle fin, mientras que otra vuelve todo al punto de partida. Siempre las lesiones en dicha zona (inguinal-abdominal) son de difícil recuperación y generan mayores problemas que otras en distinto lugar.
Sobre qué hará al respecto, Lucas comentó que «hoy (lunes) o mañana me voy a juntar de vuelta con los médicos y ya tomar una decisión. Por como viene el proceso, no creo que valga la pena sentarme dos meses más sin operarme para mejorar un 5% y estar casi igual. Ya me perdí un mes, el Super 8 y quiero volver a jugar lo más rápido posible. No me quiero volver loco, y es una decisión que vamos a tomar en conjunto con los médicos, pero si hay alguien que quiere que se resuelva ya soy yo.»