Público en retirada

El periodista Sebastián Arana hace un análisis sobre la poca concurrencia a los estadios de básquetbol en la Liga Nacional 2008-2009. El público no acompaña en la proporción que lo hacía en temporadas anteriores. Mil personas ante Gimnasia. Un poco más de mil quinientas con Libertad de Sunchales. Peñarol de Mar del Plata realiza una […]


El periodista Sebastián Arana hace un análisis sobre la poca concurrencia a los estadios de básquetbol en la Liga Nacional 2008-2009. El público no acompaña en la proporción que lo hacía en temporadas anteriores.

Mil personas ante Gimnasia. Un poco más de mil quinientas con Libertad de Sunchales. Peñarol de Mar del Plata realiza una campaña magnífica en esta Liga Nacional de Básquetbol. Tiene un récord de 17-5 en la segunda fase y, tras correr de atrás casi todo el torneo y por inconvenientes ajenos a sus propias fuerzas, alcanzó la primera colocación. Sin embargo, el público no lo acompaña. Al menos en la proporción de un par de temporadas atrás.

Hace nueve días Quilmes volvió a jugar como local en Once Unidos después de un mes de giras por todo el país, con un involuntario «exilio» en Benito Juárez incluido. Tenía un partido más que interesante frente a Regatas Corrientes, un plantel de calidad indiscutible, más allá de su actual posición en la tabla. Se hablaba de volver a Once Unidos casi en términos redentorios. La concurrencia no pasó del millar de personas.

El panorama no es mucho mejor en otras ciudades. Uno va a Monte Hermoso y se encuentra con quinientas personas en la cancha en una buena noche y por los pasillos ya es un secreto a voces que la comuna y El Nacional no renovarán contrato y que a los bahienses no les quedará otra que vender la plaza.

De la postal en Capital Federal, ni hablar. Obras no lleva ni doscientas personas como local. Que juegue la Liga es un verdadero milagro. A Boca no le va mucho mejor en ese sentido. Ahora sí, hoy la cancha en las fotos sale más «vestida» por las banderas que cuelgan los pocos que van contra la actual comisión, que ya anunció que el club abandonará la competencia si no reduce su déficit a cero. Imposible sin «plata dulce».

Regatas y Quimsa, con más derrotas de las previstas, sufrieron mermas importantes de recaudación. Y Atenas, que fue arriba todo el año, recién metió una concurrencia de dos mil personas el último domingo cuando fue Peñarol en un partido decisivo para definir el primer lugar.

La de Sunchales tampoco es una plaza fuerte en convocatoria. En tanto que en Rafaela se asiste a las últimas funciones de Crónica de una Muerte Anunciada.

La Liga Nacional tiene serias dificultades. De la más importante, la imposibilidad de los clubes de poseer los pases de todos los jugadores, que los obliga a alquilar -y a precios escandalosos- planteles completos año a año, jamás se ha hablado en serio. Ahora asoma otra: el público, salvo honrosas excepciones, comienza a darle la espalda en todo el país.

En tanto, las economías de casi todos los clubes, salvo los de la «plata dulce», se deterioran rápidamente. Se impone un replanteo al término de este ejercicio. ¿Se hará por fin con seriedad?

Opinión: Sebastián Arana – Diario La Capital