Por estos días, en Atenas ya no reina la felicidad. El Griego, que hoy a las 22 recibe a Independiente de Neuquén por la 25ª fecha de la segunda fase, perdió seis de sus últimos nueve juegos y entró en crisis. La consecuencia directa es que se quedó sin el liderazgo absoluto cerca del cierre de la fase regular, aunque eso no es todo. Cuando se pierde seguido saltan las diferencias. Y ésta no fue la excepción.

Ayer, el presidente ateniense Felipe Lábaque no se anduvo con rodeos y, además de admitir que está preocupado por el rendimiento del equipo, reconoció que su hijo Bruno le planteó su disconformismo con el DT Rubén Magnano. “No me hizo el planteo como hijo, sino como jugador. Me dijo que estaba disconforme en su relación con el técnico y yo automáticamente se lo derivé a Rubén, porque era con él con quien tenía que hablar. Y le dije que si realmente creía que se tenía que ir del equipo, que lo evaluara. Sé que se reunieron, pero no conozco más nada”, señaló “Felo” ayer a la tarde.

A esa hora, los problemas parecían solucionados. Magnano y el jugador se habían reunido a la siesta y, aunque no trascendió el contenido de la charla, acercaron posiciones. Bruno apareció en la práctica vespertina para despejar las dudas sobre, por ahora, su continuidad.

Por otra parte, Felipe Lábaque también resaltó su inquietud por el bajón deportivo. “Me preocupa la situación. Y no porque estemos segundos, sino porque veo que éste no es el mismo equipo del comienzo. Hemos perdido partidos que había que ganar y veo que la predisposición ya no es igual: antes, cualquiera que salía lo hacía contento; ahora, en cada cambio veo caras de fastidio y enojo”, subrayó.

Informe: Diario la voz