Hacer que Juan Pablo Figueroa hable de él mismo nunca fue tarea sencilla. De perfil bajo hasta el extremo, está demasiado lejos de hacerse «autobombo». Inclusive en éste, acaso su mejor momento, uno debe insistirle para que deje de hacer referencia constante a lo colectivo y se ponga a hablar de su juego, de sus virtudes: de esas características que lo llevaron a ser distinguido por la Asociación de Clubes como el mejor sexto hombre de la Liga Nacional de Básquetbol y, al mismo tiempo, a ser fundamental en los dos triunfos que pusieron a Atenas 2-0 arriba frente a Regatas Corrientes en los cuartos de final de la Liga.
«Este momento es muy bueno porque Atenas está bien. Hasta ahora hemos hecho un gran trabajo durante todo el año. Los reconocimientos personales obviamente me ponen bien, y soy totalmente agradecido, pero el objetivo es ser campeones. Si no logramos el título, todo esto que me pasa va a quedar a un lado», dice Figueroa en diálogo con La Voz del Interior poco antes de partir hacia Corrientes, donde los griegos buscarán el pasaje a semifinales mañana o, en su defecto, el próximo lunes.
Venís de días especiales: dos partidazos contra Regatas y el premio como el mejor sexto hombre de la Liga.
Obviamente es para estar contento, sobre todo por haber podido ayudar al equipo en esta serie tan dura. Todo esto me pone bien y me ayuda a seguir trabajando. Quería llegar a esta parte de la Liga en un buen nivel y me siento bien por estar a la altura de las circunstancias.
Con Regatas hiciste un trabajo impecable en defensa, con intensidad y muchos réditos para el equipo.
Arrancamos sabiendo que (Alejandro) Montecchia venía haciendo muy buenos partidos. Es un tremendo jugador, que si le das mucha libertad, te complica: todos saben el talento que tiene. Yo tenía que tratar de aislarlo de los otros compañeros, porque aparte de jugar él, hace jugar a todo el equipo. Defenderlo era clave. Trato de dejar todas las piernas en la parte defensiva y pude aguantar bien una exigencia bastante dura.
Pero mostraste otros atributos: en el segundo partido metiste ocho puntos, bajaste cinco rebotes, te hicieron seis faltas y jugaste más de 33 minutos. No todo fue defensa.
Es que todo pasa por la parte física. Cuando me siento a pleno puedo aportar al equipo muchas más cosas que una buena defensa. Hay que tratar de sumar en otras facetas. También depende de cómo se dé el partido y de cómo llegás de piernas al final, pero si estás bien en lo físico podés dar mucho. Eso es lo que más contento me deja.
Como si estuvieran 0-0
«Durante todo el año los resultados nos han acompañado. Tenemos un gran equipo, un gran entrenador, pero nadie nos regaló nada: nos lo ganamos desde el arranque. Nadie te asegura resultados y no nos podemos dormir. Sería de tontos tirar todo este trabajo. Ahora tenemos que ir a Corrientes pensando que la serie está 0-0», agrega después, pensando en lo que se viene.
D’Ángelo, DT de Regatas, dijo que Atenas defiende «a tres cuartos de foul». ¿Tienen temor a que los árbitros sean demasiado celosos en eso?
Tenemos que entrar a jugar como lo venimos haciendo: hay partidos en que van cambiando los criterios de los árbitros, pero nunca entramos con juego malintencionado ni haciendo nada fuera del reglamento. Hay árbitros que permiten ciertas cosas. Pero nosotros tenemos que hacer nuestro juego.
Entrevista: Gabriel Rosenbaun – Diario La Voz del Interior