Una hora de charla con Luis Scola plasma la firmeza y la seriedad con las que el capitán de la Selección analiza la crisis institucional y económica de la Confederación Argentina de Básquetbol.
-¿Qué te genera estar hablando de esta debacle a casi un mes de un Mundial relevante?
-Tengo mucha bronca porque los dirigentes nos pusieron en esta situación angustiante. Está bien que se hable más de esto que de si jugará Ginóbili. Si no se hace un cambio drástico, todo terminará de la peor manera. El Mundial es muchísimo menos importante que esto. ¿Qué me importa si salimos campeones mundiales y en dos años la CABB se funde y nos desafilian de la FIBA? No serviría de nada ganar un Mundial.
-¿Cuánto esperarán la solución?
-Podemos empujar y protestar, pero somos jugadores sin ambiciones políticas y no tenemos la potestad de dirigir la CABB. Lo único que podemos hacer es elegir ser cómplices o no. Durante muchos años, no tenía idea de lo que pasaba. Hace un par de años comencé a ver ciertas cosas, pero tenía dudas. Hoy no tengo dudas. Una vez que uno sabe y sigue participando, es cómplice. Se malgastó lo que logramos. Hay que luchar por transparencia, pero si esto se convierte en un circo, no podré jugar más. No podré ser cómplice.
-¿Te replantearás tu presencia en la Selección?
-Me lo puedo replantear, si sigue pasando esto. Si cerramos los ojos y miramos para adelante, seguirá pasando. Si es honesto, el básquetbol argentino tendría que volar y dar un salto gigante. Si sigue por este camino, ¿cuál es la gracia de representar a la CABB? Y si no te dan transparencia, honestidad ni una auditoría…
-¿No jugarías el Mundial?
-Tendremos que tomar una decisión. Veremos con qué nos encontramos mañana (hoy), si es que hay una reunión con estos dirigentes. Aunque esto viene de años. Esta CABB no me genera nada. No quiero ser cómplice de algo tan turbio. Ese es mi derecho. Si no juego el Mundial, será por culpa de una gestión horrenda. Y será una desilusión, porque hace 15 años que estoy en la Selección Mayor, donde la paso bien y me encanta estar.
-Si no jugás o no juegan el Mundial, se expondrán al qué dirán…
-No me preocupa. No me parece que alguien pueda juzgar mi decisión. No siempre las decisiones son buenas. Si nos clasificamos al Mundial y si hay hinchas del equipo, es porque aporté mi granito. ¿No defraudamos a todos si los que tenemos la posibilidad de hacer algo para que la situación no desbarranque, no hacemos nada y todo desaparece? ¿La pasividad en una cosa tan grotesca no es dejar en banda a la gente?
-¿Por qué no explotó esto antes?
-Hace tiempo que le pedimos a Germán Vaccaro que diera un paso al costado porque se oponía a una auditoría. No tuvimos respuesta. Somos jugadores y no queremos tomar la CABB. Los dirigentes han jugado con nuestra forma de ser. Cada año tenemos exposición en la Selección durante dos meses y después nos vamos a los clubes. Entonces perdemos peso en los 10 meses siguientes. Los dirigentes han capeado el temporal todos los años a sabiendas de que todo se calmaría. Este año, la diferencia es que estamos muy fuertes y no permitiremos desinvolucrarnos.
-¿Cuándo pasó esta crisis de hacerte ruido a ser escandalosa?
-El momento de quiebre fue el año pasado, pero seguimos en el mismo punto. Lo único diferente fue que se fue Vaccaro.
-¿Hablaste con Carlos Espínola para que Vaccaro renunciara?
-Como Germán no respondía, el paso final fue hablar con la Secretaría de Deporte, pero desde hace más tiempo. La Secretaría y el CENARD tienen que ver con los subsidios, las becas y los lugares para trabajar. Ellos estaban al tanto de las irregularidades.
-¿Camau le pidió la renuncia a Vaccaro?
-Nos acompañaron para pedir un paso al costado. Creíamos que solos no teníamos respuesta.
-En junio pidieron auditoría, transparencia y profesionalización en una carta a las Federaciones Nacionales y no les contestaron…
-Venimos hace tiempo con eso. El año pasado, antes de la Copa Stankovic, a Vaccaro le pedí puertas adentro que contara qué problemas económicos había. Nos ningunearon de mil maneras. Pedimos lo mínimo, no que generen recursos ni que construyan estadios. Pedimos que sean honestos y que nadie saque plata que no sea suya. No entiendo por qué no se pueden pedir las razones de la debacle. Honestidad es lo mínimo que se le puede pedir a una entidad sin fines de lucro como la CABB. Alguien tiene que decir por qué la CABB debe tanta plata en todo el país. Los mismos dirigentes deberían luchar por una auditoría externa y seria.
-¿El cambio de dirigencia fue solamente un cambio de nombres?
-Nadie es culpable solo. Es culpable quien hace algo mal y también son culpables por omisión quienes permitieron que eso pasara. ¿Para qué hubo un tesorero, un vicepresidente o vocales si no controlaban que se evitara llegar a esta situación? ¿Qué estaban haciendo los que asumieron ahora? La situación es crítica al máximo. La auditoría mostrará lo que pasó. La situación empeoró porque apareció una interna gigante. No entiendo por qué se desesperaron por el sillón de presidente. La interna fue feroz, sin pensar en un proyecto y en nuestros pedidos. Intentamos que Ricardo Siri hiciera la auditoría y no la hizo. Intentamos postergar las elecciones para la reestructuración de la CABB y se ignoró. Todos se echan la culpa y no sabemos qué pasó para llegar a este estado.