Un corto tiempo de existencia, si se lo compara con instituciones centenarias, pero que tuvo una productividad plena, no solo con resultados deportivos, sino con lo que se generó en toda una provincia que a partir del respaldo del Gobierno Provincial, ha vivido en ese tiempo todo un cambio no solo en el básquet, sino en todo el deporte.
Mario Romay venía de festejar el ascenso con Regatas Corrientes en la temporada 2003/2004 en el TNA y cuando su carrera como jugador, se podría decir, le daba una caricia al orgullo personal, trajo a su provincia, a Formosa, una propuesta: el básquet profesional.
Ingresar en el mundo del Torneo Nacional de Ascenso buscando al fin concretar el anhelo que unos años antes estuvo muy cerca de ser realidad con la participación del club Estudiantes en la Liga Nacional B.
La idea tuvo rápida respuesta en la persona de Gildo Insfrán, el Gobernador de Formosa y entonces un 5 de agosto de 2004, formalmente, tenía vida el proyecto La Unión de Formosa.
“Con La Unión hay un antes y un después en el básquet de Formosa y con el apoyo que impulsó el Gobierno de la provincia no solo fue el básquet. También el voley, el fútbol, fue una apuesta al deporte profesional que le permitió a Formosa posicionarse en un lugar en el que nunca había estado. Fue como un detonante para un montón de cosas y bueno para nosotros significa una gran satisfacción ser parte de este momento del historia del deporte de Formosa”, dice hoy Mario Romay, a 10 años de el inicio de estos nuevos tiempos del deporte provincial.
Ese arranque tuvo la perfección en su máxima expresión porque La Unión de Formosa debutó en el TNA y fue campeón, así de rápido. Recordando ese logro con Romay con participación doble porque “debutaba” en su doble rol de jugador y dirigente, el actual Director Deportivo marcó que “por un lado hemos sido afortunados que se han dado algunas cuestiones deportivas muy rápidamente que por ahí trae la suerte, perro siempre se trabajó con total claridad, con total compromiso, con mucha transparencia y con un Gobierno muy presente, desde ese inicio Gildo Insfrán confió plenamente y es algo que hay que agradecer».
Además creo que hoy el deporte de Formosa goza de muy buena salud, un muy buen presente y un mejor futuro porque el Gobierno hace que cada uno pueda proyectar y poder gestionar para cada unos de las etapas del deporte, desde los que trabajan en la iniciación hasta los que están en el profesionalismo. La decisión de esta política deportiva de apoyar en todas las etapas hace que cada uno desde su lugar pueda tener un sueño, pueda tener una ilusión y pueda avizorar que lo que sueña puede ser realidad con trabajo y compromiso”, añadió Mario Romay.
No es exagerado decir que los 10 años de La Unión de Formosa son como un símbolo de estos 10 años que recorrió el deporte de la provincia. La fecha sirve para marcar los 10 años del proyecto de básquet pero indefectiblemente, y por todo lo que vino después, se puede convenir que también hay razones para celebrar por estos 10 años de vida del deporte.
En referencia a esto, para Romay “En los últimos diez años el deporte de Formosa se vio muy beneficiado por el apoyo incondicional del Gobierno y también de algunos privados que en silencio hacen su aporte y en estos diez años lo que más quiero resaltar es el apoyo de este Gobierno a todas las etapas del deporte desde la iniciación deportiva hasta el deporte de elite y también quiero saludar a todos los dirigentes deportivos porque sin el trabajo en silencio de ellos, muchas cosas no serían posibles”.
Los resultados deportivos siempre van templando los ánimos, de hecho los dos recientes de La Unión no fueron buenos. Pero Romay rescató, con un recuerdo muy presente, algo importante. Contó que “después del año del segundo ascenso de La Unión de Formosa, en el 2009, con ese equipo de Gabriel Piccato, se hizo una cena con la gente del deporte donde en algún momento me tocó hablar y allí mencioné que después del primer ascenso, en 2005, y el descenso que vino al año siguiente, al tercer o cuarto día de haberse producido el descenso, estaba recorriendo la ciudad y pasé por el Cincuentenario. Ahí vi no menos de 50 o 70 personas trabajando en el techo del estadio y eso lo tengo grabado en las retinas porque ahí estaba viendo la decisión de una política deportiva firme. Después de haber tenido un resultado negativo al cabo de ocho meses de haber jugado, nos tocó descender, nada hacía detener un proceso, una planificación en marcha”.
Mirando hacia delante, espera cumplir varias metas: “Lo primero es poder que La Unión de Formosa en esta temporada empiece a revertir su situación deportiva que viene de dos años malos, un año muy malo deportivamente que fue el anterior y un año malo que fue el anterior, con una muy mala suerte en lesiones que se tradujo en la mala campaña. De acá a los próximos años, ojalá que sigan apareciendo dirigentes deportivos, que son muy necesarios, que se sumen, que todos los dirigentes tenemos hijos y que siempre es bueno poder gestionar para nuestros hijos o para que los hijos de nuestros amigos tengan un espacio donde desarrollarse sanamente y que queremos seguir acompañando en lo que se pueda como dirigente en todo el desarrollo deportivo de la provincia”.
Informe: Gonzalo Deangelillo – Prensa La Unión de Formosa