La Confederación Argentina sigue construyendo su nuevo equipo de trabajo. Y como la apuesta central del proyecto deportivo está apuntada al desarrollo y la jerarquización de las selecciones formativas, se ha apuntado a dos entrenadores de experiencia para llevar a cabo el desafío. Se trata de Carlos Duro, quien se encargará de potenciar el desarrollo individual de cada jugador en distintos campamentos, y Sebastián Uranga, quien será el responsable nacional del Plan Altura 2015 y recorrerá el país en busca de chicos altos, no necesariamente federados.
Ambos contarán con la asistencia de preparadores físicos, médicos, psicólogos y kinesiólogos, que acompañarán el plan de trabajo en cada una de sus etapas. Duro, de hecho, ya comenzó con su primeros campus en el CeNARD (para internos y tiradores). «Es una gran motivación poder trabajar para CABB de manera full time. Me siento honrado por haber sido convocado y también por la chance de seguir con este programa tan importante para mí como es el desarrollo individual de los jugadores. Me gusta trabajar en un área específica, acompañando la formación de los jóvenes desde cerca, compartiendo su crecimiento y visualizando la respectiva proyección», señaló el ex DT de Boca, quien además fue entrenador del equipo argentino en el reciente Sudamericano U15 en Barquisimeto. Y amplió: «Lo que buscamos con los campamentos es potenciar la calidad individual de cada chico, para que cada uno llegue mejor preparado a las convocatorias. Y en ese marco, debemos trabajar todos juntos: entrenadores, dirigentes y jugadores». El programa será de carácter federal, con coordinadores regionales y articulación con representantes de las federaciones provinciales.
Por su parte, Uranga destacó que es fundamental mejorar en la detección de hombres altos y afirmó que resultará decisivo no perder a los que ya están practicando la disciplina. «Yo considero que la CABB es la institución madre del básquet argentino. Y el hecho de que la nueva gestión se planteara incorporarme a su proyecto deportivo para mí ya significa una enorme satisfacción, un orgullo, un placer y un mimo. Espero estar a la altura de las circunstancias y de la responsabilidad enorme que me han dado», sostuvo el ex pivote, quien representó a la Selección en los mundiales de 1986, 1990 y 1994. Y concluyó: «En nuestro plan, los objetivos son cotidianos, hay que pensar a largo plazo planteándose objetivos a corto y mediano término. Buscaremos estar al servicio de los chicos y trabajar en red con las federaciones provinciales, los entrenadores y los clubes, para tratar de detectar a los chicos altos y potenciar su permanencia en nuestro deporte. El día a día es decisivo. La cantidad facilitará la calidad».
Informe: Germán Beder – Prensa CABB