Se jugaban los últimos segundos del primer cuarto y La Unión de Formosa estaba mano a mano con Bahía en las cifras. En pleno ataque de los visitantes, Mario West, buscando una mejor posición en defensa, giró sobre su tobillo izquierdo y en ese instante se terminó la temporada para él. Sus gritos de dolor, su inmediata reacción de levantar el pie y no apoyarlo más en piso, fueron las primeras pistas de que se trataba de una lesión compleja. Unos segundos después, cuando ya se sentó en el banco de suplentes, siempre con su pie en el aire, la primera revisión del kinesiólogo Ricardo Soria también daba señales negativas. Ya en el vestuario no quedaban casi dudas, a esa altura, un estudio casi era como un mero trámite. Se había roto el tendón de Aquiles.
La ecografía que le hicieron hoy por la mañana confirmó el diagnóstico. Como se dijo, a esa altura era un mero trámite. Así West no podrá seguir compitiendo y La Unión deberá buscar un reemplazo.
Ahora vendrá definir por un lado la situación de West en cuanto a si se hará la cirugía en Formosa o decide marcharse a Estados Unidos. Hay que recordar que el año pasado La Unión también tuvo una lesión igual con Mike Williams en el primer partido del año. En esa ocasión el jugador se operó en Formosa y luego regresó a su país.
Por otro lado va lo deportivo, el reemplazo. Fue un golpe duro para el equipo la baja de West. No solo por sus cualidades como jugador sino por la incidencia que tenía en el grupo. Un exNBA que nunca hizo valer las “diferencias” y que mostró gran compromiso para el trabajo. Sintetizó muy bien su papel el entrenador Fabio Demti cuando se lamentaba por la lesión: “es un cabrón que quería ganar”, decía el DT, pintando el espíritu competitivo de West que lo dejaba ver en cada acción de juego.
Informe: Gonzalo Deangelillo – Prensa La Unión de Formosa