Peñarol-Atenas: las 5 claves del juego 2

Pasó el segundo punto de la Serie Final. Pudo ser para cualquiera. Sin embargo, Peñarol cerró mejor el juego y cumplió con su objetivo de viajar a Córdoba 2-0. En la historia de la Liga, sólo en dos oportunidades una serie se dio vuelta después de esa circunstancia: una de ellas la protagonizó, justamente, otro […]


Pasó el segundo punto de la Serie Final. Pudo ser para cualquiera. Sin embargo, Peñarol cerró mejor el juego y cumplió con su objetivo de viajar a Córdoba 2-0. En la historia de la Liga, sólo en dos oportunidades una serie se dio vuelta después de esa circunstancia: una de ellas la protagonizó, justamente, otro Atenas de Oscar Sánchez en la 02/03. En esta nota, las 5 claves de un juego difícil de analizar.

1) A río revuelto… ganancia de pescadores. El proverbio es remanido, pero no por eso menos cierto. En un partido -hasta un punto, intencionadamente- desprolijo, Peñarol sacó el pez más grande.

2) Gotas de Mata. El local no pudo consolidar su juego. No encontró, en general, respuestas colectivas ni individuales. Por eso, bastó que Marcos Mata administrara su talento con gotero para marcar una pequeña diferencia y volcar la balanza a su favor.

3) El golpe anímico del final del tercer cuarto. A lo largo de la temporada regular, fue habitual que Atenas se cayera en los terceros cuartos y Peñarol se valiera de ese lapso para sacar ventajas. Sucedió eso en el primer punto de la serie. Ayer los del Huevo Sánchez apostaron a evitarlo, y casi lo consiguen. Pero los seis de luz que habían logrado -una enormidad por como se dio el encuentro- se les escurrieron de las manos al final del parcial, y eso influyó en los primeros minutos del tramo decisivo.

4) Dolor y nervios. Juan Pablo Cantero tuvo un enorme juego: condujo con claridad, defendió con fiereza -logró lo que pocos: desenfocar tanto a Tato Rodríguez como a Facundo Campazzo- y fue el lider griego en ofensiva. A falta de un minuto pidió sentarse porque no soportaba más el dolor de su pierna. Eso, que hubiera sido menos trascendente en otra clase de partido, anoche significó dejar sin timonel a un Atenas a esa altura desaforado. Es que el plantel cordobés planteó un juego a altísimas revoluciones, comenzando desde el banco. Y su técnico terminó devorado por su propio personaje. Sánchez habló más que de costumbre -y eso es mucho decir- con los árbitros, arengó sin parar a sus hombres, consiguió con su estrategia confundir a los rivales pero, en un momento, también a sus dirigidos.

5) Diez segundos de Kyle Lamonte. El extranjero milrayitas tuvo una noche para el olvido. Pero faltando 22 segundos tomó la bola en el eje de cancha y, luego de estar a punto de perder el dribleo, encaró hacia el canasto. La jugada fue un calco de otra que había fracasado unos minutos antes, costándole una falta ofensiva en el peor momento de Peñarol. En el último intento sí pudo lograr su cometido, con tiro de premio incluido. Quedaban sólo 12 segundos, y así se definió el partido.

Nota: T. Schleider, especial para InfoLiga.com.ar