El elenco de Sergio Hernández aprobó el examen, otra vez, de pelear contra la talla y jerarquía de los serbios, así como ejecutó una defensa sumamente intensas. En otro punto positivo, el combinado nacional exhibió paciencia para recomponerse a un tramo irregular del tercer cuarto.
Párrafo aparte para el rendimiento plasmado en el cuarto inicial, en el que el Alma realizó un juego cercano a la perfección, con gran movilidad en ofensiva, tremenda coordinación en defensa y una excelente efectividad (5/10 en triples y 61% de cancha). Dentro de un gran trabajo global se destacó Laprovíttola con 9 unidades (3/5 en triples) y Nocioni también con 9 (3/4 de campo).
En el segundo capítulo se produjo la reacción de Serbia, que elevó su energía defensiva, con atrapes e impuso un roce físico fuerte. Los europeos comenzaron con parcial de 12-2 en más de 4 minutos y achicaron la brecha 32-27. Una bomba de Delfino aportó aire en ese momento de imprecisiones para ponerse 35-27, con 5 minutos en el reloj, pero los visitantes volvieron a apretar, primordialmente por el manejo de Teodosic (7) para estampar una corrida 11-2 y tomar por primera vez el dominio del tablero 38-37, con 1:30 minutos. Un acierto de Campazzo desde Saturno le posibilitó a Argentina apaciguar el cuarto complicado (10 puntos, 4/19 de cancha y 4 pérdidas) y retirarse a camarines en ganancia 40-38.
Tras las charlas en vestuarios, la tesitura de un partido parejo ya estaba absolutamente instalada, frente a una potencia del concierto mundial. En el marco de un ritmo más pausado, con estacionados largos, Serbia estiró su mejor prestación y acaparó una renta de 54-48, a falta de 2:30 minutos. En ese momento volvieron al campo Ginóbili y Scola, además de Delfino, lo que se tradujo en una reacción para frenar el envión del oponente. Argentina cerró con un pasaje 10-4, con Ginóbili (5) y Nocioni (8) como usinas e igualó el tanteador en 58.
Con el sello de un tremendo esfuerzo defensivo, y gran conectividad para saltar a las ayudas, el elenco de Hernández comenzó muy bien el cuarto decisivo. Al unísono, Delfino (11) disfrutó de su mejor momento con la red con tres bombas. Por eso, el anfitrión dominó 77-66, con 2:20 minutos en el electrónico. Con toda la concentración para mantener la ventaja, y con la atención necesaria para evitar la arremetida de un rival de excelencia, Argentina pudo cerrar el juego, más allá de los 8 puntos de Stimac, para cantar victoria 79-74.
Crónica: Prensa CABB