Historia repetida: sequía defensiva. Nuevamente lo padeció en el segundo cuarto, en el que no encontró los caminos para lastimar en ataque y lo pagó en defensa, donde probó con variantes pero sin grande soluciones. Perdió la mitad por 50-37 que, inclusive por lo hecho, no fue tan malo.
A la vuelta del vestuario la cosa no fue mucho mejor. En un abrir y cerrar de ojos y con parcial de 5-0 los formoseños tomaron la máxima de 18 (55-37). En ese momento sonó el despertador en Alta Córdoba. Los dirigidos por Ariel Rearte defendieron con mayor intensidad, encontraron los hombres justos en la larga distancia (Miguel Gerlero, John DeGroat y Pablo Bruna) y pudieron correr la cancha, para concretar un parcial de 22-7 y acortar distancias (62-59). Fue 67-59 el final del tercero, con todo abierto para los últimos diez minutos del encuentro.
A pesar de siempre intentar y haber tenido chances a fuerza de bombas, fundamentalmente de Bruna (tres en el cuarto), el albirrojo equivocó los caminos en gran parte del segmento y por eso el muy buen sprint final, que generó adrenalina en todos, no le alcanzó para revertir una historia que desde el principio le había sido adversa. Estuvo 82-84 a 35s4, defendió una pelota bárbaro y Rodney Green la regaló, literalmente. Diego García lo definió con tranquilidad, DeGroat achicó a la mínima y a otra cosa. Fue 86-85 y La Gloria sumó su tercer traspié de local.
Informe: Prensa Instituto