Tiene los mejores promedios de puntos (14,3) y rebotes (9,1), la mayor cantidad de minutos (30,2) y la más alta valoración media (19,9) de Atenas, pero el pivot James Williams no se conforma, especialmente en lo referido a los rebotes. “Creo que debería tener 10 por juego. Para mí 9 no es suficiente; me parece poco”, asegura.
“De todos los equipos en los que he jugado en todo el mundo, Atenas es el mejor en cuando a potencial, porque si bien jugué en clubes muy fuertes en otros países, aquí la Liga es muy pareja y competitiva. En Argentina, los otros equipos también son muy fuertes y eso hace muy dura e interesante la competencia”, plantea Williams en la entrevista que publicamos en la edición Nº 65 de Básquetblog. Leela completa.
ENTREVISTA COMPLETA CON JAMES WILLIAMS
Si el joven Atenas 2010/11 se convirtió rápidamente en un equipo confiable y llegó a la punta de la Zona Norte, en buena medida es por un nombre en particular: James Williams. Aun cuando el equipo de Sebastián González está rindiendo alto en lo colectivo y cada jugador del plantel, incluidos los más pibes, siente ejercer su rol en el conjunto, el ala-pivot estadounidense hizo méritos de sobra en estos 12 juegos: de hecho, es el jugador verde con mejor promedio de puntos (14,3) y rebotes (9,1), la mayor cantidad de minutos (30,2) y la más alta valoración media (19,9), resultado de sumar los ítems positivos y restarles los negativos.
Gentil, atento y muy predispuesto a pensar cada respuesta (en muchas se tomó algunos segundos, hizo y memoria y recién soltó alguna frase), Williams dialogó en exclusiva con Básquetblog en una siesta que hervía el asfalto cordobés pero que se hacía muy apacible en el interior de un bar de la moderna zona de Nueva Córdoba.
En el diálogo, el rendidor extranjero planteó que Atenas es el equipo más fuerte en el que jugó en su carrera, subrayó el nivel y la paridad en la Liga Nacional, resaltó la tradición ganadora de los griegos y planteó que quiere superar los 10 rebotes de promedio por juego. A continuación, el diálogo con este auténtico trotamundos.
Atenas viene cumpliendo una muy buena campaña y vos sos un factor clave. ¿Cómo lo vivís? ¿Te sentís fundamental para este presente del equipo?
(Se ríe) No, no me siento tan importante. Creo que soy uno de los jugadores más viejos del plantel y mi trabajo es mostrarle al equipo qué hacer. Lo otro es que estoy aquí para ganar y para que el equipo gane. Y esa actitud ganador es lo que siento que puedo aportar.
¿Por qué Atenas está donde está?
Atenas es un equipo que tiene tradición, que tiene una buena herencia. Es una tradición ganadora, que ayuda. Ahora mismo todavía estamos aprendiendo como equipo. Creo que en estos 12 juegos nos fuimos conociendo, y hemos mejorando en cada partido. Eso es lo que rescato. –Bruno Lábaque dice que no son un equipo con talento, sino con actitud. Es un equipo joven y tenemos subas y bajas, pero siempre jugamos duro, e intentamos ser duros todo el partido.
Hasta aquí venís con un promedio de 9,1 rebotes por partido, una cifra poco habitual en Atenas hace varias temporadas.
Creo que debería tener un promedio de 10 rebotes por juego. Para mí 9 no es suficiente. No sabía lo de la estadística histórica, pero para mí, los rebotes son una de las cosas que tengo que hacer. Para eso estoy acá y me gustaría poder hacer más: 10 estaría bien; 9 está mal, me parece poco.
También tuviste dos buenas temporadas con los rebotes en Olímpico de La Banda y Unión de Sunchales, tus dos equipos anteriores en la Liga Nacional. ¿Es un don natural o tenés algún secreto en particular?
Es una habilidad natural. Es simple: ves el tiro y ves el modo en el que va cayendo y decís “Está bien, va a ir por acá”. Pero no estudio a los rivales ni nada parecido.
Hasta aquí, en 12 juegos se dio una constante: fuiste factor desequilibrante al comienzo y al final de cada partido. ¿Lo habías advertido? ¿Llegás con energía extra a cierre?
Creo que es coincidencia. Siempre trato de empezar los partidos bien fuerte, y si el juego está cerrado, creo que es mi trabajo dar lo mejor, entonces trato de guardar mi fuerza y mi energía para el final también. De todas maneras, intento jugar fuerte cada cuarto, pero también guardar para el último tramo.
Después de vivir en La Banda y Sunchales, ¿cómo te sentís en una ciudad grande como Córdoba?
Para mí es muy bueno. Me gusta la gente, me gustan los lugares. Yo nací en Washington DC, una ciudad grande. Pero actualmente mi familia vive en Saint Louis. Me gusta Córdoba.
Jugaste en lugares tan disímiles como México, Suecia, Kuwait, Corea del Sur, Argentina, Estonia, Jordania… ¿Qué rescatás de cada país? ¿Imaginaste jugar en tantos sitios distintos.
Cada país y cada lugar son diferente, pero lo más importante son los diferentes niveles de básquet. Nunca imaginé jugar en tantos lugares diferentes, pero es mi vida, entonces estoy preparado para viajar. Es básquet, pero también es un trabajo: tengo que trabajar, tengo familia y obligaciones.
¿Te sentís un trotamundos?
(Se ríe) Sí, a veces sí. Pero ahora hace tres temporadas que estoy en Argentina y me siento muy cómodo. Extraño a mi familia, pero hablo con ellos todas las noches, y eso ayuda. Soy un hombre viejo ya… ¡Ja!
¿Cuál fue el país en el que, más allá del básquet, te sentiste más cómodo?
Tengo que decir Suecia. Es un país hermoso, todo el mundo habla ingles, no es difícil adaptarse.
¿Qué países podrías comparar con Argentina? ¿Qué lugar ocupa el básquet en cada lugar por el que pasaste?
Argentina y México son muy parecidos, porque la gente es muy apasionada por el básquet. En los demás países, el básquet no genera tanta pasión y el fútbol está muy arriba. En Kuwait, por ejemplo, el básquet es muy chiquito. También en China y Corea del Sur tiene importancia y hay gente en todas las canchas. Y Estonia, como se sabe, es un lugar de importancia para el básquet europeo.
Habrás tenido muchas situaciones inesperadas en tantos países ¿En algún lugar del mundo te preguntaste qué hacías ahí en ese momento?
Debo decir La Banda, en Santiago del Estero, porque venía de jugar en Kuwait, que es muy diferente y donde todo es nuevo: los estadios son nuevos, las ciudades son muy nuevas… y contrastaba con La Banda, donde todo me parecía viejo. Y hace calor, mucho calor. Pero de todos modos jugué con mi corazón cuando estuve en La Banda.
¿Qué balance hacés de estas tres temporadas en Argentina? ¿Cómo te sentís en Atenas?
En los tres clubes por los que pasé traté de sentirme a gusto, estar cómodo y relajado al principio, porque la gente tiene muchas expectativas sobre tu rendimiento. Y me gusta cómo va funcionando todo, porque siento que cada año mejoro y aprendo un poco más. De todos los equipos en los que he jugado en todo el mundo, Atenas es el mejor en cuanto a potencial, porque si bien jugué en clubes muy fuertes en otros países, aquí la Liga es muy pareja y competitiva. En Argentina, los otros equipos también son muy fuertes y eso hace muy dura e interesante la competencia.
¿Qué jugadores son tus favoritos en la Liga Nacional?
Leo Gutiérrez, de Peñarol, y Juan Cantero, de Libertad. Son muy buenos. Kyle Lamonte, de Peñarol, también es muy bueno: tiene mucho talento. Son los que más me gustan.
Entrevista: Gabriel Rosenbaun – www.basquetblog.com.ar