En tiempos en los que la gente se vuelve loca por el Mundial de Rusia, estos tipos demuestran que no sólo es fútbol. Le salen todas, pero no dejan de destrozar a su rival con armas de buen básquet y con la ilusión de ir a China, como su bandera. La Selección Argentina dio una clase en Montevideo, venció 102-58 a Uruguay y se quedó con el grupo A de la primera fase de Eliminatorias, rumbo al Mundial de 2019.
¿Cómo explicar tanta superioridad argentina? Fácil, desde el peso de sus individualidades, pero también en el aspecto colectivo. Este domingo apareció el equipo en todo su esplendor. Explotó la figura del capitán Luis Scola, quien se hizo un picnic en la pintura aprovechando la ausencia de Esteban Batista (también le faltaron Jayson Granger y Gustavo Barrera), haciendo 20 de sus 29 puntos solamente en el primer tiempo.
Los de Oveja Hernández tuvieron un partidazo en el aspecto defensivo, pero también en ataque porque los sistemas de juego funcionaron bien, las cortinas y las ayudas fueron siempre a tiempo, y no por nada se terminó el primer cuarto con un 70% de cancha. Sí, 14-20 para el equipo argentino que pisó fuerte en Montevideo.
Todo comenzó a través de una gran marca de Garino y Campazzo, para empezar a edificar un ataque que lejos estuvo de ser uno estacionado para contar con mucho movimiento, rotación de balón y con la premisa de quizás, tener el mejor partido hasta ahora en lo que va de la Eliminatoria camino al Mundial.
Delía fue eje en el arranque con seis puntos, producto de tres volcadas, que ya hacían notar una superioridad argentina debajo del aro. Es que la Selección jugó suelta, sin puntos flojos, anotó a nivel superlativo (terminó el primer tiempo con 58 puntos) y pudo rotar el plantel, incluso por momentos más que con Paraguay.
Pato Garino esta vez no fue una máquina en ataque (terminó con 10 puntos), pero resultó una estampilla para su marca (Fitipaldo); Campazzo y Laprovittola condujeron a la perfección cuando les tocó llevar la base; Vildoza entró en juego gracias a su gran presente que arrastra de la Liga ACB y el disminuido Uruguay se rindió ante una gran Argentina. Scola nunca sacó el pie del acelerador, terminó con un 12-22 de cancha, bajó 11 rebotes, dio 4 asistencias y demostró su liderazgo. En la Celeste, Luciano Parodi clavó 19 tantos, pero no alcanzó para nada. Los de Oveja ya piensan en México y Puerto Rico.
Crónica: Diego Bever / Diario Olé