Sin Marcos Delía en la formación titular (lo reemplazó Gabriel Deck, pasando Luis Scola a jugar como pivote), Argentina mostró un juego aceitado de entrada, imponiéndose en la pintura con sus perimetrales (Facundo Campazzo y Luca Vildoza) encontrando a los internos en reiteradas ocasiones.
Por ahí pasó el fuerte de la Selección, que no encontraba el tiro externo. Como a Puerto Rico también le fallaba la mano a distancia, esa falta de efectividad no se sentía en el marcador, donde de a poco el equipo de Sergio Hernández comenzaba a sacar distancias.
La diferencia, que fue de 2 al final del primer parcial (20-18), empezó a estirarse en el segundo período. A partir del ingreso de Delía (reemplazó al capitán y en menos de cinco minutos sumó 8 tantos) se vio lo mejor de Argentina, que fortaleció la defensa (sólo José Juan Barea, que se cargó de faltas, pudo anotar a buen ritmo) y empezó a desnivelar a partir de la velocidad en las transiciones.
Deck, para entonces, ya explotaba y se volvía imparable. Oveja Hernández aprovechó y no le dio descanso en los primeros 20 minutos. Tortuga respondió: sumó 15 tantos con altísima efectividad (7 de 9) y nada menos que 9 rebotes, 4 de ellos en ataque.
En los tableros Argentina marcaba una diferencia rotunda y la única deuda hasta entonces comenzó a saldarse a partir de la mano de Nicolás Laprovittola, que clavó tres triples casi al hilo. Un cierre a toda orquesta del seleccionado, con mucha rotación y juego colectivo, permitió llegar al descanso con la máxima de la noche: 56-37.
Si Puerto Rico salió del vestuario tras el entretiempo con la idea de retomar la iniciativa y recortar distancias, se chocó con un paredón. Porque un rápido parcial de 8-0 de Argentina llevó la diferencia a casi 30 y prácticamente se terminó el partido. Quedaba tiempo, pero la visita no oponía resistencia. Ahí, muchos entendieron en Formosa por qué les había costado tanto vencer a Panamá, el más débil del grupo.
Pese a la enorme brecha, Hernández no echó mano a una rotación demasiado amplia y tuvo sentido: en un grupo cerrado y que promete postergar la definición hasta la última fecha, la diferencia de puntos puede ser vital.
Deck (que además bajó 11 rebotes) y Laprovittola fueron goleadores con 21 tantos, mientras que Scola sumó 20 y Delía 15.
El triunfo fue valiosísimo. Argentina aprovechó con fuerza a sus hombres más importantes que participan de la Euroliga, como Campazzo, Deck y Vildoza. Para la próxima ventana, a disputarse del 29 de noviembre al 3 de diciembre, cuando la Selección reciba a Estados Unidos y México en La Rioja e incluso para la última (del 21 al 25 de febrero de 2019, visita a Puerto Rico y Estados Unidos) ellos no podrán estar. Pero ya hicieron su parte dejando al equipo algo más cerca del Mundial: si se dan los resultados, Argentina hasta podría clasificarse perdiendo los cuatro partidos que faltan.
Crónica: Mauricio Codocea / www.clarin.com