Osella: «Hoy me retiro feliz»

El tiempo, ese que todo lo puede, aprendió a aceptarlo. Si hasta terminó dándole un pasaporte de libertad incondicional y alentándolo a seguir. Hoy, la intangible medida que marca cada uno de nuestros instantes también siente nostalgia. Y es por Diego Marcelo Osella, para quien llegó el tiempo del retiro. El domingo por la noche […]


El tiempo, ese que todo lo puede, aprendió a aceptarlo. Si hasta terminó dándole un pasaporte de libertad incondicional y alentándolo a seguir. Hoy, la intangible medida que marca cada uno de nuestros instantes también siente nostalgia. Y es por Diego Marcelo Osella, para quien llegó el tiempo del retiro. El domingo por la noche cerró su etapa como profesional y el horizonte del eterno e inoxidable pivot ya lo puso fuera de las canchas, más cerca de su familia y en un nuevo lugar: Nono.

La siesta del lunes lo encontró a Diego al borde de la ruta, dejando Paraná y hablando con Día a Día. Se lo siente feliz, el estado ideal, yendo al encuentro de ese premio que no se gana, sino que bendice: “Me voy a Nono, en donde nos radicamos. Me retiro porque extrañaba mucho a la familia. Tengo tres varones y la nena de cinco meses. Sólo quería terminar la Liga con Sionista y dejando al club en la A, donde se merece estar. Fue largo el año. Pero ya está. Ahora, a disfrutar de las sierras, mi señora y los chicos”.

Diego ama la naturaleza y los caballos. Y allí radica la razón de la mudanza: “Vamos porque es la forma de vida que nos gusta. Los chicos están acostumbrándose y mejor de lo que pensaba. Quiero tranquilidad; los chicos van a poder ser más libres en las sierras”.

Los 23 años de carrera marcan no sólo su condición, sino también su constancia y su amor por el básquet. “Lo de ex jugador lo voy a empezar a sentir cuando vea que empieza la próxima Liga”, contó Osella, quien agregó: “Haré un partido despedida en Córdoba. Es un momento que quiero vivir. Siento el respeto de la gente y eso me pone contento. En Paraná, cuando me nombraron en el último juego, me ovacionaron. Fue hermoso”.

En Atenas, algunos se ilusionan con verlo en el equipo en cuartos de final. Pero aclaró: “Sólo sé lo que salió en la prensa. Me sorprendió, pero yo ya dejé de jugar. Tengo mucho respeto y aprecio por Felo (Lábaque) y por Atenas. Pero ya tienen un equipo armado y no me sienta sumarme a un lugar en el que al principio de temporada no me quisieron. Además, llego a decir que sí y me echan de mi casa. Je”.

Ayer nomás. 10 años atrás, Diego casi se retiró. “No tenía ganas. Pero apareció mucha gente que me ayudó, como el Gringo (Pelussi), Mario (Milanesio), Felo, Pichi (Campana). Me cambiaron la vida y la manera de ver el básquet, de volver a disfrutarlo. Ahí comenzó otra etapa en mi vida. Jugué hasta los 41 años y en Liga A; salió todo bárbaro. Tengo muchos records que nunca imaginé alcanzar. Hoy me retiro feliz”, señaló.

En tanto tiempo, forjó una relación especial con el básquet. Y así la definió: “Me dio todo. Ahora no sé cómo va a ser. Pero mi hijo más grande está metido y quiere que entrene con él. Me va a servir para sacarme la adrenalina que me queda. En algún lugar de Traslasierra haré algo relacionado, pero no será prioritario. Seguiré viendo mucho básquet y, de vez en cuando, me haré una escapadita para ver a Atenas”.

Por último, cerró: “Me siento muy bien con todo lo que hice en mi carrera. De todos los clubes en los que estuve me fui bien. Y eso tiene un gran valor para mí. A algunos les puede gustar cómo jugué y a otros no, pero siento que mi carrera fue exitosa”.

El tiempo de Osella jugador no terminó. Sólo mutó en un legado indeleble que dan ganas de colgar una camiseta número 11 en cada cancha de la Liga Nacional.

Trayectoria
Atenas. Llegó en 1988. Ganó tres LSB, dos Sudamericanos, un Panamericano y jugó el McDonald.
Otros equipos. En Liga Nacional, también jugó en Banco Córdoba, Estudiantes (O) y Sionista.
En el exterior. Jugó en Alicante de España (2000-2001) y Varese de Italia (2002-2003).
De selección. Ganó el Panamericano Mar del Plata 1995 (fue MVP) y el Sudamericano Valdivia 2001.
Exitoso. Con Atenas sólo le faltó ganar la Liga de las Américas. Es un símbolo de la Liga Nacional.

Entrevista: Jorge Luna Arrieta – Día a Día