por Martín Pellegrinet
Peñarol es el mejor equipo de la actualidad. Es el que mejor juega y el de mejor récord en la segunda fase.
Imbatible de local, sabe utilizar todas sus armas de la forma más provechosa en función del juego en equipo. Así, Román González y Quincy Wadley sobresalen dentro de una estructura que está basada ofensivamente en ellos y le sacan el máximo rendimiento al resto de los integrantes. El muy buen momento de Lucas Picarelli le da descanso a Tato Rodríguez y hace que los minutos del capitán en cancha sean los justos y de mejor calidad.
El propio Román González, además de sobresalir en su equipo, es también hoy el jugador más dominante de la competencia. Logró el equilibrio necesario acompañado por el rendidor Jason Osborne en la pintura para desarrollar su trabajo individual, y entiende a la perfección las defensas para descansar en un perímetro por demás confiable cuando lo sobremarcan.
Todos estos argumentos, además de la armonía que ha encontrado de la mano del trabajo de orfebre que ha hecho Sergio Hernández, le sirven a los marplatenses para ser hoy los mejores de la Liga.
Pero hay algo que les falta: sostener el rendimiento fuera de casa. Jugando en Mar del Plata no cedieron siquiera un juego en toda la segunda fase y mantuvieron invicta la localía en la Liga de las Américas. Pero cuando salen de su ciudad su nivel cae y eso mancha (si es que realmente lo hace), un presente casi impecable.
A la vuelta de la consagración en México tuvieron cuatro pruebas consecutivas en las que apenas salieron airosos en una. No hay que dejar de lado el contexto, con superpoblación de partidos, viajes interminables, arbitrajes polémicos, lesiones a cuestas y demás.
Y contra Boca, en Buenos Aires, fueron superados claramente, en la que posiblemente haya sido la actuación más floja de todo 2008.
Ahora viene una nueva prueba como visitante. En Sunchales y Rafaela. Para refutar lo anterior o encaramarse en la lucha por el primer puesto y solidificar su juego.
Como en casi toda la temporada será a los apurones, porque sólo 48 horas antes tendrán otro examen como local.
Si el desgaste lo permite y las lesiones lo respetan, será esta, entonces, la prueba necesaria para saber si el que es hoy el mejor equipo del momento, es también el mejor equipo de toda la competencia.