La Bombonerita fue una caldera desde varios minutos antes de que empiece el partido. Y el equipo de Guillermo Narvarte supo explotar eso a su favor desde el nacimiento mismo del encuentro. Rápida ventaja de 13-2 pomediando el segmento inicial para sostener una arremetida posterior de Estudiantes que dejó las cosas 22-16 al momento de la finalización del segmento inicial del duelo. Desarrollo similar en el segundo cuarto. Boca pisó muy fuerte de entrada y con tres triples como estandarte ofensivo se alejó 33-19, aunque el equipo entrerriano de a poco se fue metiendo en partido más tarde. Los perimetrales de Estudiantes (Vildoza y Gamboa) tiraron del carro para que el equipo de Jápez se fuera a vestuarios apenas 40-35 dejando todo abierto de cara al segundo tiempo.
La charla en vestuarios le sacudió la modorra al Xeneize. Áspero en defensa, el equipo de Narvarte permitió apenas dos puntos en cinco minutos, del otro lado anotó 12 en igual cantidad de tiempo y sacó una brecha de 52-37 que transformó a la Bombonerita en un carnaval. Lejos de quedarse y sabiendo que no podía dormirse, el local lo cerró a todo ritmo con una luz lapidaria de 67-46. El inicio del último período entregaba la duda de si Estudiantes podría meterse en partido o si tiraría la toalla. Habitualmente valiente, el equipo de Jápez buscó por todos los medios reducir la desventaja, pero chocó con un Xeneize que no regaló un metro y que disputó cada pelota como si fuera la última. Ante el delirio generalizado de la Bombonerita, el local lo cerró con un cómodo 87-64.
Boca cerró con broche de oro una serie en la que conservó su localía y con eso hizo que las dos derrotas en Concordia queden en el olvido. Ahora, al equipo de Narvarte se le vendrán algunos días en los que podrá resfrescar conceptos y descansar ya que el próximo desafío es de máximo cuidado. Al mejor de cinco, la serie de Cuartos de Final será ante el multicampeón San Lorenzo con ventaja de localía cuerva.
Informe: Prensa Boca