Con la misma energía que en el debut, pero sin la misma efectividad, el elenco argentino tuvo que adaptarse a un inicio mucho más parejo. Los dominicanos, jugando al límite, llevaron a su rival a la frustración y a un contexto de goleo bajo y posesiones largas, impidiendo ataques rápidos y fluidez. Así y todo, la Selección se las ingenió para tomar la ventaja y cerrar el primer cuarto por 21 a 18.
En el segundo cuarto, el trámite se terminó de deslucir. Y Dominicana sacó provecho de eso sacando seis de ventaja y generando algunas dudas. La virtud de Argentina fue adaptarse a un partido totalmente distinto al de Uruguay y ponerse el overol sin complejos. En ese contexto, Deck fue baluarte (nueve al descanso) y también Brussino (ocho).
Tras el descanso, el equipo de Hernández inició con otra confianza para tomar una rápida máxima de 11 (48 a 37 en apenas dos minutos). Esa distancia trajo serenidad. Y esa serenidad permitió mover mejor la pelota y encontrar mejores tiros. Vildoza tomó las riendas, Garino aportó su habitual intensidad y Delía sumó buenos minutos. El combo derivó en una ventaja tranquilizara al final del tercero (66-55), luego de un tremendo triple de Gallizzi en los segundos finales (su primer triple en la Selección).
No obstante, Dominicana no se rindió. Siguió luchando. Y aprovechando un inicio desconcertante de Argentina, metió un parcial de 15 a 0 que le posibilitó al conjunto de Néstor García pasar al frente por 70 a 66 a falta de 5’41’’. Se puso todo negro. Campazzo no encontró nunca los caminos y la desesperación arruinó la esperanza. Los dominicanos fueron sólidos y llegaron al cierre con todo para ganar. Incluso lo merecían. Pero fallaron en acciones determinantes y algunos libres y Argentina, con mucho empuje, se acercó para acceder al desenlace con una única oportunidad. Oportunidad que Luca Vildoza aprovechó y que le permitió a la Selección empatar el marcador a falta de cinco segundos, cuando parecía directamente fuera de partido.
Dominicana sintió el golpe. Y ya no fue el mismo equipo en el suplementario. Campazzo, lejos de su nivel pero con el compromiso que lo distingue, tomó el mando, Deck volvió a confirmar que está en alto nivel (otra vez goleador con 24), Brussino se fajó y anotó un triple determinante y Garino aportó en defensa para que el equipo de Hernández tomara el liderazgo y ya no lo abandonara nunca más. En el basquet, las victorias no se merecen: se concretan. Y Argentina, sin merecerlo, terminó derrotando a Dominicana. Fue 102 a 97. Mañana será el turno de enfrentar a México (15.30). Y de lavar la cara.
Germán Beder / Prensa CABB