El inicio fue correcto y armonioso, considerando que fue la primera vez desde que se inició la preparación que Hernández apostaba a esta alineación titular. Con un Scola enfocado (cinco) y un Vildoza dispuesto a marcar territorio (otros cinco), el equipo sacó rápidas diferencias y luego se sostuvo, con el peso de sus individualidades y también gracias a las limitaciones del rival que redujo sus variantes al tiro externo y la carga al rebote ofensivo. Por momentos le sirvió para emparejar. Pero más temprano que tarde, con el ingreso de Campazzo, la Selección se adueñó de la ventaja y llegó a sacar ocho (23-15 a falta de 7’40’’ para el final del segundo chico). Sin lucirse, pero al menos cumpliendo con la responsabilidad y soportando la presión de tener que llevar el juego adelante.
El mejor pasaje llegó exactamente después de ese tramo. Ahí, ya con un poco más de tranquilidad, la Selección brilló. Se abrió el aro (8-13 de tres), Gallizzi entró muy bien, Campazzo marcó el ritmo (ocho y dos) y la diferencia se estiró a 16 (38-22 a 4’37’’ para el descanso). Incluso llegó a ser de 19 (41-22), pero un cierre con distracciones la bajó a 15 (43-28).
Ya en el complemento (una frase que sale en todas nuestras crónicas), surgió Laprovittola, quien había salido rápido en el inicio por dos faltas inesperadas. El base aportó nueve puntos casi consecutivos y Corea se fue del juego. Se frustró, dejó de defender. Argentina olió sangre y quebró el juego. La máxima se estiró una y otra vez, con un Lapro en llamas (goleador del equipo con 17 en total, todos en el ST), intangibles de Delía y pequeños momentos de Deck. El tramo final estuvo completamente de más. Hernández rotó, los doce tuvieron minutos, y el elenco nacional tuvo pasajes de excelente básquet, ante un conjunto asiático que directamente ya no puso oposición. La travesía por China comenzó con un apabullante 95 a 69, que deja un buen sabor de boca.
Este lunes, la Selección tendrá su segunda presentación en el Mundial, esta vez ante Nigeria, que en la jornada inicial cayó frente a Rusia. Habrá que madrugar: arranca 05.30am. Pero al menos, después de este debut esperanzador, el esfuerzo costará un poquito menos.
Prensa CABB