El inicio estuvo plagado de imprecisiones. Nerviosismo absoluto desde ambos lados y mucha cautela. Argentina, además, sufrió la rápida baja de Facundo Campazzo, quien volvió a lastimarse su tobillo y debió dejar la cancha, generando incertidumbre. El equipo supo reponerse de ese pequeño golpe con Delía como bandera (cinco) y Scola liderando la ofensiva (siete). Pero como se preveía, el juego, en lo conceptual, se disputaba en el terreno vinotinto: goleo bajo (17-12 concluyó el primer parcial) y constante fricción.
La Selección logró salir de esa nebulosa con el retorno de Campazzo y la doble base con Laprovittola. Scola siguió tan determinante como en cada juego de los oficiales. De esta manera, el equipo de Hernández sacó una máxima de 13 (27-14 a falta de seis minutos). Y logró mantenerla hasta el descanso, a pesar de sufrir con el rebote (18-22) y, sobre todo, la falta de efectividad en el tiro externo (2-12). Principalmente porque Deck recuperó su facilidad para sumar puntos (diez al ET). Venezuela combatió, forzando segundas oportunidades y anotando en los segundos finales de las posesiones (una extraña tendencia que destaca la paciencia de los de Duró). Pero sufrió. La jerarquía albiceleste y la defensa asfixiante la llevaron a perder el eje argumental. Esas nobles armas le permitieron sostener los 13 al descanso (38-25).
Ya en el complemento, Argentina jugó con la diferencia con un Campazzo brillante y un Garino siempre sólido (diez) para sacar 18 (54-36 a falta de 5’17’’). No obstante, el desgaste, y la presión constante de Venezuela empujó a algunos errores del elenco nacional que achicaron la distancia y produjeron incertidumbre. Así y todo, la Selección supo frenar la reacción, con Deck inspiradísimo y el aporte silencioso de Delía.
Ese fue tal vez el mejor atributo del conjunto de Hernández: la paciencia. Jamás perdió el enfoque, ni mermó su compromiso defensivo. Y entonces Venezuela finalmente bajó los brazos. Ya no pudo sostener su plan. Deck alcanzó su máxima en la Selección (25) y ni hizo falta que retornara Campazzo: tanto Vildoza como Laprovittola resolvieron con excelencia la disyuntiva, y la albiceleste, usando sus 12 jugadores del plantel, sumó otra gran victoria, esta vez por 87 a 67.
Este domingo 8/9, Argentina, ya con la clasificación a cuartos asegurada, se medirá frente a Polonia (de nuevo a las 9am) para resolver cuál será su rival en la próxima instancia. Pero el objetivo inicial está cumplido: el equipo se metió entre los ocho primeros. Y sigue invicto, como detalle no menor…
GALERÍA FOTOGRÁFICA