A diferencia de los últimos dos partidos, el inicio fue vertiginoso y con alto goleo. Delía entró en llamas (ocho puntos consecutivos), Campazzo controló a Slaughter y la defensa colectiva fue excelente: no permitió fisuras. Dejó a los polacos sin argumentos, pudo anotar en transición e irse con una valiosa ventaja de seis (20 a 14) que estiró apenas comenzó el segundo chico, de la mano de un recuperado Brussino, autor de nueve puntos. Así la máxima se estiró a 11 (25-14 a falta de nueve minutos), forzando pérdidas constantes siempre a partir de la defensa. El punto negativo estuvo, nuevamente, en el tiro externo: Argentina tuvo muchísimos tiros abiertos de los que no supo sacar provecho (promediante el segundo parcial, el equipo llevaba 1-10) y que terminaron conspirando contra una distancia mayor, en un momento en el que el conjunto europeo lucía totalmente vulnerable. 

Pero la realidad es que, en líneas generales, el rendimiento del equipo de Hernández en el primer tiempo fue de sólido a excelente. Deck volvió a ingresar con hambre (siete) y Lapro aportó muchísimo atrás. Y por todo eso, no hubo necesidad de extrañar a Scola, quien estuvo levemente más apagado que en anteriores presentaciones. La diferencia de 15 (42-27) al entretiempo, si bien pudo haber sido mayor, materializó lo expuesto. 

Ya en el complemento, surgió Garino, hasta allí ausente en ataque y con nueve puntos al hilo lideró a Argentina a sacar 23 (60 a 37), llevando al rival a una frustración total. En ese ratito, también pudo sumar Scola y Campazzo marcó el ritmo. No obstante, lo más destacado, por lejos, fue la defensa colectiva. Esta vez no fueron los lucimientos individuales los que edificaron la victoria: fue el bloque. Asfixiante. Agotador. Por eso tampoco sorprendió que la ventaja al concluir el tercer cuarto fuera de 29 (70-41). 

El último cuarto estuvo absolutamente de más. Scola siguió anotando y Hernández aprovechó para extender la rotación, ya contemplando el partido de cuartos de final. Ese será el próximo grande desafío de este equipo. Tal vez su máximo desafío en este torneo. Lo espera Serbia, gran candidata, el martes a las 7.00 am de nuestro país. 

Y nadie nos impedirá seguir soñando…

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Prensa CABB