Carlos Colla, a los 41 años, volverá a jugar en Belgrano de San Nicolás en el lugar de Gabriel Domínguez, quien fue cortado. «Es muy complicada la vida del retirado, no soportaba no estar en la cancha», contó el Caco, el jugador más veterano de la Liga.
Perder una final o irse al descenso son situaciones muy dolorosas para cualquier deportista. Sin embargo, muchos aseguran que no hay peor sensación que la del retiro. Es que luego de una vida dedicada al deporte, a los viajes y todo lo que rodea a una competencia profesional, se pasa a contar con mucho tiempo libre, con el que muchas veces no se sabe qué hacer.
Al Caco Carlos Colla, un ídolo de Belgrano de San Nicolás, le pasó eso y no aguantó: «El primer partido de la Copa Argentina fui a la cancha y no pude parar de llorar. Me quisieron hacer una nota por radio y no logré contestar nada. No armar el bolso cada mañana también era muy difícil, como verlo a mi hijo ir a entrenar y yo quedarme en casa o no viajar más. Es muy complicada la vida del retirado, no soportaba no jugar», cuenta el cordobés que jugó nueve temporadas consecutivas en Belgrano.
Por eso vuelve a las canchas en lugar de Gabriel Domínguez, quien fue cortado: «Me siento bien, con ganas de aportarle al equipo. Estoy pleno en la parte física y sé lo que hay que hacer en los momentos difíciles, porque la experiencia ayuda mucho a la hora de apoyar a los más chicos», agrega el escolta, que además de sacrificio le va a aportar tiro exterior al conjunto de Pablo Dastugue. Belgrano tiene un 1-7 y no puede salir del fondo de la zona Sur.
En San Nicolás, Colla es un verdadero ídolo: amado por los de Belgrano y respetado por los de Regatas, acepta que expone el prestigio logrado en su carrera: «Reconozco que es un desafío enorme el que me estoy planteando, pero aquellos que me quieren de verdad nunca me van a criticar si las cosas no salen como esperamos. Prefiero no quedarme con la duda e intentar ayudar al club que amo», concluye Caco.
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