Los dos clasificados directos, Argentina y Brasil, reeditarían un superclásico sudamericano con ingredientes más emocionales que deportivos. Los dos con la tranquilidad del pasaje a Londres pero la motivación de quedarse con el Torneo Fiba Américas Mar del Plata 2011.

Prigioni, Delfino, Ginóbili, Kammerichs y Scola para los Dorados, comenzaron perdiendo por un doble en la primera ofensiva, contra Marcelinho, García, Marquinhos, Guilherme y Splitter. Pero Scola, decidido a ser protagonista, tomó los primeros tres lanzamientos, de los que confirmó dos. Los primeros cinco minutos fueron doble a doble. Brasil apostó a la zona y Argentina lo imitó. Hasta que el reloj marcó los 4:12, el único anotador local era Scola, con 6. Allí, Delfino clavó un triple y permitió pasar al frente por la mínima: 9-8. Segundos más tarde, Delfino repitió desde larga distancia y amplio la distancia. Scola hizo lo propio, y a falta de 3 minutos del primer descanso, Argentina se imponía 14-8. Magnano cortó el juego con un tiempo muerto. Jasen y Oberto ocuparon los lugares de Kammerichs y Delfino, y el equipo se hizo más fuerte en el poste bajo, y los traslados más dinámicos. A falta de un minuto, con un triple y un doble de Jasen, se alcanzó la máxima: 19-9, que enseguida amplió Ginóbili, para cerrar el cuarto 21-9. Scola con 8 era el goleador del juego.

En el segundo período, Lamas le dio cancha a Sánchez (tal vez, en su último juego en la Selección). El juego fue muy trabado, y Argentina tuvo un pasaje negativo, con dificultades para contener las penetraciones de los permietrales verdeamarelhos. Sin embargo, a falta de 7 minutos, la luz se mantenía: el marcador marcaba 25-15. 90 segundos después, la brecha se redujo a la mitad: 25-20. Lamas pidió su primer tiempo muerto y devolvió a Delfino a la cancha, y a Kammerichs por Scola. El juego continuó trabado, aunque las marcas argentnas fueron ajustándose y se llegó a los 5 minutos por esa misma diferencia. Allí volvió a ver acción Prigioni, y junto a Sánchez tuvo que sentarse Ginóbili por un corte sangrante en su nariz; lo reemplazó Jasen. Pocos segundos después, Scola sustituyó a Oberto y Argentina encaró los últimos 3:30 con un equipo más dinámico. El talento de Scola volvió a aflorar con dos dobles consecutivos para poner al equipo 31-22 a falta de 2 minutos. Con dos robos seguidos, y un doble lateral de Kammerichs, se logró un 33-22 que obligó a Magnano a detener el juego. Marcelinho Huertas, para colmo, había cometido su tercera personal por una falta técnica, que Prigioni capitalizó desde la línea. A 1:33 para el descanso largo, la maxima se había alcanzado: 35-22. En el cierre, Brasil pudo achicar para que, durante el descanso largo, el tablero mostrara 35-27. Scola, con 18 y Marquinhos, con 12, los goleadores hasta allí.

El segundo tiempo no podía haber empezado mejor: triple de Prigioni desde la diagonal derecha. Pero enseguida Marquinhos contestó con la misma moneda y el juego se hizo de ida y vuelta. Ginóbili, enchufado, convirtió una bandeja de antología -con tiro de gracia incluido- que levantó a sus compañeros y a las tribunas a falta de 8:28. Brasil apostó al tiro largo con suerte dispar, y Argentina contestó con posesiones largas. A falta de 5:30, el tanteador era de 43 a 37. Ginóbili se adueñó de la bola y -en un fallo harto polémico- fue sancionado con una falta ofensiva. Eso marcó un antes y un después en el partido. Los brasileños se envalentonaron, comenzaron a rotar el balón y medio minuto más tarde la diferencia era de sólo un doble: 43-41. Lamas detuvo el reloj con su tiempo muerto. Pero a la vuelta, Guilherme conectó un triple desde el rincón, cayéndose, para pasar al frente por la mínima. En los locales retornaron Oberto y Delfino, quien clavó un triple esperanzador. Faltaban 4 minutos y los roces crecían. El partido ya era menos juego y más batalla. Scola volvió a regalar chispazos de su talento, asistido por Prigioni. Brasil no cejaba, y con 2:26 por jugarse, los Dorados se imponían 48-46. La defensa se cerró, la ofensiva se ordenó, y eso hizo posible que los sistemas fluyeran con algo más de claridad. Lamas apostó a Quinteros -que no había ingresado desde el primer encuentro- como revulsivo, cuando Brasil empató el juego desde la línea en 48. Oberto se hizo ancho en defensa para bloquear y rebotear. Los visitantes reajustaron sus marcas y Argentina debió apelar a sus individualidades para pasar al frente, de la mano de Delfino, a falta de un minuto. Luego Delino apresuró un lanzamiento triple, pero la buena defensa evitó que Brasil empatara. El corte final los encontró 50 a 48. El triunfo -el torneo- podía ser para cualquiera.

El regreso a la acción no pudo ser peor. Guilherme de tres, y Benite con un doble, puso a Brasil al frente por tres a los 9:15. Marcelinho amplió el margen con un doble y tiro añadido, y Lamas debió solicitar un tiempo muerto -sólo a un minuto del comienzo del divisorio- para que no se le escapara el partido. A 8:26 del final, Aregentina caía por seis y seguía fallando sus ataques. Kammerichs -desde la línea-, con una tapa y un doble de segunda instancia y el público -desde las tribunas- acortaron distancias. Argentina logró empatar, finalmente, a falta de 6:28 en 56 puntos, con una bandeja de Scola, quien convirtió el tiro adicional para restituir a los locales el liderazgo después de largos minutos. Ginóbili regresó al rectángulo con 5:31 por jugar y asistió a Prigioni para que ampliara el hiato. No obstante, Brasil no se entregó. El último octavo del encuentro encontró a Argentina al frente por tres: 61-58, y un encuentro definitivamente parejo. El capitán Scola se hizo grande y siguió arrastrando a los suyos, convirtiendo su punto 28 desde la línea, para poner 4 de distancia: 64-60, con 2:50 pendientes. Splitter comenzó a aportar, pero Kammerichs en defensa y Prigioni con un triple demoledor puso el tanteador 67-62. Splitter marró dos lanzamientos libres cuando quedaba 1:41 y Argentina comenzaba a acercarse a la copa. Luego de un tiempo muerto de Magnano, Scola fue a la línea a cobrarse -con dos aciertos- una falta de Splitter. 1:28 y 7 puntos, que Brasil trataría de limar, entusiasmado con la quinta falta de Prigioni. Sánchez entraba a hacer historia por última vez. Marcelinho Machado acertó un tiro de dos, y se ingreso al minuto decisivo 69 a 63. Delfino lanzó un triple y fue infraccionado. Aprovechó sus tres tiros libres y puso a los Dorados 72-63. Brasil intentó un triple sin fortuna, y cortó con falta a Sánchez en la réplica. Sus dos tiros convertidos abultaron el resultado. El resto es anécdota: un doble de García, dos tiros de Delfino desde la linea -de los que efectivizó sólo uno-, faltas en los dos lados, y unos treinta segundos finales vertiginosos luego del último tiempo muerto. Rafa convirtió un gancho, Ginóbili fue cortado luego de la reposición y marró los dos desde la línea de sentencia, dejando a Brasil a seis con 17 segundos por jugar, que enseguida fueron 4. Delfino fue cortado esta vez. Marró el primero. Acertó el restante. Machado clavó un triple para ponerse a 2 a falta de 5 segundos y Ginóbili tuvo en sus manos el campeonato. Uno adentro, y el otro no. Pero los verdeamarelhos perdieron el balón en el ataque, infraccionaron a Scola -que, él sí, convirtió los dos- y el partido se cerró 80-75.
Los goleadores fueron Scola -tremendo- con 32 tantos y Marcelinho de Souza, con 17, por la visita. Argentina estará en Londres, y es campeona en Mar del Plata.

Crónica: T. Schleider, especial para InfoLiga
Fotos: Fiba Américas