Cuando Quilmes de Mar del Plata pasó los primeros veinte minutos al frente y con comodidad, la escena parecía tomar el color de hace una semana, cuando Boca era batido por 17 puntos ante el mismo rival de este viernes. Pero, de menor a mayor, aunque sin jugar bien, Boca pudo dar vuelta la historia en Zárate (donde hizo de local) y le ganó a Quilmes 86-85. Por un punto, tal como ante Lanús.
Boca sufrió demasiado en el primer cuarto (21-13), por los extranjeros de Quilmes. Cuando Oscar Sánchez le tiró la base a Maxi Stanic, éste se disfrazó de capitán y, con su cooperación, el Xeneize se acordó de jugar. Incluso, surgió la templanza de Delía y Martina. Tuvo que llegar una bomba de Ale Diez para que Boca se pusiera al frente por primera vez en el partido, recién durante el tercer acto. Luego, llegaron las incidencias: antideportiva contra Diez, falta técnica al DT de Quilmes, Maffei, y Boca por cuatro arriba gracias a los aciertos de O’Bannon.
Quilmes, en la mitad del último cuarto, lo igualó en 64. Pero volvió a perder el timón y los de Sánchez volvieron a sacar cuatro de ventaja. Tras esto, un triple de Graves y dos libres de Stanic pusieron a Boca seis arriba (79-73) con menos de un minutos por jugarse. El equipo marplatense volvió a empujar, pero Hopson erró un libre fundamental a falta de seis segundos. Lo remató O’Bannon con dos libres en el epílogo. No le sirvió a Quilmes un triple en la chicharra, y los mil simpatizantes xeneizes que se acercaron al gimnasio Omar Olguín celebraron los dos puntos. Sin dar un gran espectáculo, a Boca le alcanzó jugar a media máquina para dar vuelta un partido fundamental. Cuando Oscar Sánchez le brinde más dinamismo y las fichas se ordenen, el Xeneize no tendrá que sufrir tanto para ganar ante rivales que están un escalón por debajo.
Crónica: basquetazulyoro.blogspot.com