Lanús barrió la serie 3-0 al derrotar 87-79 a Argentino de Junín en su cancha y logró el tan deseado ascenso a la Liga Nacional de Básquetbol.

Argentino 79 (0) – Lanús 87 (3) | Planilla Oficial

Para ascender hay que tener un compendio de situaciones equidistantes que cubran las expectativas de un equipo. Lanús tuvo todo eso, inclusive el adicional de suerte para meter en la canasta lo que comúnmente se marra.

Por eso ante Argentino no dejó ninguna duda y fue el mejor de la serie. Literalmente le «pasó el lampazo» al «Turco», ratificando anoche en Junín por qué fue un merecido ganador del ascenso.

Solamente el desequilibrio del extranjero Wendell Gibson (que tendrá una fuerte demanda para la próxima temporada y no valdrá menos de doce mil dólares mensuales -si no se lo llevan al extranjero-) fue determinante para sellar la suerte de Argentino. No lo pudo defender.

A esto se le sumó una envidiable efectividad peri-metral que coartó cualquier intento de reacción del quinteto juninense.

Ya desde el primer cuarto, la superioridad estuvo puesta de manifiesto en el piso de madera flotante. Gibson y Olmedo, intratables para un 24-16.
Lo mejor de Argentino fue en los segundos diez minutos donde pudo aislar de Wendell Gibson al resto de los jugadores. Ese era el camino. El extranjero por sí solo no podía ganar el juego.

Por eso achicó las diferencias dejando el juego 36-38 en el parcial (20-14 el cuarto) con una buena tarea de Martín Pasquinelli.

El complemento

Pero Argentino no pudo sostener el libreto defensivo. Entonces volvió a perder terreno en el tercer cuarto.
La defensa individual no pudo con los tiradores que se hicieron un festín. Leandro Portillo (2 triples, 1 doble) y Julián Olmedo (2 triples) laceraron desde afuera y el resto fue de Wendell Gibson.

El «Turco» no contó con la misma efectividad ofensiva del cuarto anterior y al bajar el volumen de goles, fue lentamente resignando el resultado.
Lanús hizo lo que quizo en el cierre. Manejó el partido a gusto y paladar. Cuando Argentino se acercó, entró nuevamente en acción el americano Wendell Gibson y puso las cosas en su lugar.

El estéril esfuerzo de Argentino en los instantes finales fue solamente para arrancar los aplausos de su gente que le dio el respaldo una vez más y despidió a los jugadores de pie.

Diario Democracia