Cuando todo estaba preparado para que fuera una fiesta por la vuelta de los torneos internacionales a Córdoba, Boston College fue el protagonista y pegó un cachetazo inesperado. Los chilenos vencieron a Atenas 78-73 y cumplieron el anhelo de dar la sorpresa. Para el Verde, que estuvo lejos de su mejor performance, fue una noche para el olvido. La clasificación pende de un hilo.
Como si fuera un entrenamiento de baja intensidad y ocupando tres calles para definir en el cesto de enfrente, fue como Atenas se mostró con los primeros minutos del partido. El Verde no consiguió entrar rápidamente en juego y lo pagó. Su defensa fue endeble y Boston lo aprovechó mientras pudo. Entre Darris Santee (9 en la primera mitad), Erik Carrasco y José Campos (ambos con 9) se las ingeniaron para complicar a los cordobeses, que a falta de 22 segundo perdía por la máxima, 26-14 (el cuarto terminó 26-15).

En contrapartida, en los segundos diez minutos llegó la reacción de Atenas. El entrenador Sebastián González practicó variantes y acertó. Facundo Sucatzky le puso orden a la conducción y Mariano García mostró “mano caliente” (8 puntos en el cuarto) y fue el arma ofensivo para salir del shock. Con un parcial de 12-2 a falta de 5’11 se pudo en juego 28-27, pero le faltó el golpe de gracia. Un par de errores y dos bombas de tres puntos de Campos les permitió a los chilenos sacarse la soga del cuello e ir a los vestuarios 40-36.

En el tercer cuarto el Griego fue una sombra. El aro pareció reducirse al tamaño de un anillo y la naranja no quiso entrar (6/18 de campo, 33%); la defensa lejos estuvo de ser solvente y la noche pasaba de oscura a tinieblas. Para colmo de males, Boston metió casi todo lo que tiró y sacó una máxima de 14 (58-44) a 2’16. A esa diferencia la cuidó como oro en polvo y entró al cierre de partido con mucho aire (62-49) y el entusiasmo de dar el golpe.

Pero no todo estaba perdido. Basquetbolísticamente no se vio lo mejor, los últimos diez minutos tomaron clima de partidazo: por emociones, garra, entrega y hasta fricciones que si bien no pasaron a mayores las hubo en cantidad. Atenas tiró el corazón a la cancha y se puso en juego 65-59 antes de quebrar la mitad, y Crhistopher Hayes fue gran responsable de la levantada, Bruno Lábaque y Matías Lescano los revulsivos en el momento clave y Sucatzky el cerebro; un combo del que el verde había adolecido toda la noche.

Con todo eso y un parcial de 19-6 los cordobeses igualaron en 68 restando 3’17. Y a partir de ahí todo fue una bola de nervios inmersa en una caldera que terminó de explotar con un triple de Lábaque y la delantera en el marcador, 71-70, a 2’12. Pero el cierre no terminó siendo el mejor y la decepción absoluta. Fue 78-73 y la clasificación se pone cuesta arriba.

En el entretiempo del partido que protagonizarán mañana Atenas y Flamengo, se homenajeará a Diego Osella. En ese acto, el Verde retirará la camiseta 11, que será colgada junto a la 9 de Marcelo Milanesio y la 5 de “Pichi” Campana.

Crónica: Diario La Mañana de Córdoba