Nadie más usará la camiseta número 8 en la historia del básquet de Peñarol. Sebastián “Tato” Rodríguez se quedará con ella para siempre, algo que se vio simbolizado ayer cuando la dirigencia “Milrayitas”, a partir de su presidente Domingo Robles y el vicepresidente Jorge Muscio, le hicieron entrega de las casacas, tanto la titular como la suplente, que el base guardará como verdaderas reliquias.
No hubo quien la supiera defender mejor que él adentro de la cancha. Por eso tan justo el homenaje de anoche ante un Polideportivo que, tras la triste noticia de la afección cardíaca que lo alejó de la práctica activa, le brindó todo el cariño, en forma de devolución a quien tantas alegrías generó desde el parquet. Y a quien como hincha y jugador, cumplió cada sueño anhelado desde chico.
Su hermano Fernando contó en la previa que lo había notado nervioso como pocas veces. Vestido con jeans y una camisa a rayas, “Tato” trató de disimularlo de la mano de su hijo Juanse. Fue presentado en el centro de la cancha, recibió las camisetas y se dedicó a agradecer. “Es un momento difícil para hablar porque tengo mucha emoción encima. Son sensaciones raras, de tristeza y alegría a la vez. Se me vienen a la cabeza tantos momentos que hemos pasado juntos…”, soltó en el inicio hasta que un grito desde la tribuna logró quebrarlo: el “gracias capitán” lo conmovió por unos segundos.
Visiblemente emocionado, retomó el relato: “Se me vienen a la cabeza momentos buenos y no tan buenos, de los que salimos adelante. Sin dudas el que no me voy a olvidar nunca es el del primer título de Liga Nacional con Peñarol, que fue mi sueño de chico y lo pude cumplir. Lo logré también gracias a mis compañeros, que son unos fenómenos y me ayudaron a lograr mi sueño de toda la vida, ser campeón con Peñarol. Ellos me hacen sentir parte del equipo ahora mismo”, expresó.
Tal como acostumbra, Sergio Hernández se quedó con un lugar de privilegio en el podio de los agradecimientos. “Quiero agradecerle al cuerpo técnico, a Sergio (Hernández) en especial, que me ha enseñado muchísimo, no sólo dentro de la cancha sino afuera también. Es una persona a la cual quiero mucho y respeto”, dijo “Tato”.
Ya en el final, el gran capitán se acordó de la dirigencia y dejó un mensaje para su familia y la gente. “Le quiero agradecer también a la dirigencia, que me ha bancado tanto tiempo, que hemos luchado juntos tanto tiempo. Estoy agradecido por este homenaje, porque retirarle la camiseta es el mejor homenaje que le pueden hacer a un basquetbolista. Gracias a mi familia, que ha estado en todo momento al lado mío acompañándome y sin dudas a todos ustedes, que también son mi familia y estuvieron siempre a mi lado, gracias”.
El homenaje se cerró con una vuelta olímpica de “Tato” junto a Domingo Robles. Juntos, saludaron a su pueblo. Y ya las lágrimas no pudieron disimularse.
Informe: Diario El Atlántico
Fotos: Demián Schleider www.infoliga.com.ar
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