El goleador y gran figura de la noche fue Ariel Zago, autor de 24 puntos, 12 rebotes y cinco asistencias.
«Tuve una buena noche, pero tuvo que ver con el trabajo de mis compañeros. Al entrar los lanzamientos de tres, los internos jugamos con más soltura y tuvimos oportunidades. Me quedo con el gran saludo de la gente. Siempre tratamos de que se lleven una alegría a sus casas y hoy lo conseguimos», señaló Zago en zona de vestuarios.
Los parciales fueron los siguientes: Weber Bahía 27-22, 51-35, 74-51 y 96-76.
El equipo bahiense tomó las riendas del juego desde el arranque, con una formación atípica, ya que Enzo Ruiz y Lucas Faggiano ingresaron por Federico Aguerre y Javier Mojica, respectivamente.
Mojica, que jugó algunos minutos, trabajó diferenciado en la semana por un esguince de tobillo izquierdo producido en el partido ante Lanús del domingo pasado.
El triunfo de los bahienses se construyó desde la defensa y la efectividad en tiros de tres puntos. José Luis Pisani apostó a un equipo profundo, de mucha rotación, que terminó liquidando el juego sin pelota de Boca, que nunca pudo encontrar cómo quebrar las abundantes vías de gol de Bahía.
«Hoy jugamos sin corazón. No se puede jugar sin corazón, nos metieron puntos fáciles. Nos ganaron con los jugadores nacionales, la verdad que me voy muy caliente», dijo el Huevo Sánchez luego del juego.
El combo de Pepe y Faggiano le dio mucho rédito al local. Si Pepe era el control y el juego cerebral, Lucas era la explosión, la adrenalina en estado puro, cargada con una cuota de anotación muy alta. Una buena defensa de arranque, con un gran trabajo de Enzo Ruiz sobre Will Graves, le permitió al equipo de Pisani tomar una pequeña diferencia en el marcador. De todos modos, algunos desbarajustes defensivos en la zona de internos hicieron que el partido se mantenga punto a punto hasta el final del primer cuarto.
Bahía apostó a alejar a Derrick Alston de la zona de gigantes y eso le dio resultado. Con el interno estadounidense lanzando de cinco o seis metros, los rebotes caían en las manos de los jugadores de WBE en cada intento fallido del Xeneize.
Lo mejor de WBE se vio en el segundo cuarto. Un juego fluido, solidario con el balón, le permitió a Juan Espil volver a ser el dios de la línea de tres puntos. Tres lanzamientos de la tercera dimensión en ese lapso -finalizó con 5-7-, un buen aporte en puntos de Pepe y un dominio increíble de Zago en la pintura (13 puntos y 11 rebotes en el chico) hicieron que el local sacara una diferencia que luego sería imposible de remontar para los Xeneizes.
«Es cierto, recuperé la mano para el aro, lo necesitaba, pero lo que más destaco es el juego del equipo. Nos sacrificamos en defensa, estuvimos concentrados y aprovechamos lo mejor de cada uno», dijo Espil luego de finalizado el juego.
A partir de aquí, el trámite se mantuvo casi en una línea horizontal, sin altibajos. Sólo Graves y Larry O’Bannon (20 puntos) intentaron darle algo de aire a la visita, pero la cantidad de variantes que exhibió Bahía no permitió grietas en el marcador. Triples de lujo de Espil y Pepe sellaron el resultado con más de un cuarto por jugar.
Un gran dominio rebotero, un porcentaje altísimo de triples (13-26, 50%) y actitud en los dos costados de la cancha le permitieron a Bahía quebrar la mala racha y empezar a pensar en positivo en 2012.
El viernes, entonces, será el turno de recibir a Gimnasia Indalo, desde las 21.30 en el Casanova.
Crónica: Prensa WB Estudiantes