Dichos incidentes, provocados por un minúsculo grupo de simpatizantes, que lejos de ayudar a su equipo han perjudicado económicamente a la Institución y -principalmente- han puesto en riesgo la integridad física de todas las personas concurrentes al espectáculo.
Demás está decir, que estas actitudes están muy lejos del sano espíritu que nuestra intitución siempre pregonó, no sólo en el básquetbol, sino en todas las actividades que en ella se desarrollan.
Asimismo se destaca el comportamiento del público en el partido del día de ayer, en donde a pesar de estar en juego algo mucho más importante que un partido, nunca dejó de alentar y acompañar al equipo, a pesar de que en un momento parecía todo perdido.
Este último comportamiento, similar al de toda la temporada, es el fiel sentimiento de la gente de Quilmes que sin duda nos acompañará más que nunca en el definitorio juego del día de mañana.
Informe: Marcelo Fredotovich – Prensa Quilmes