La Unión de Formosa está de duelo

Nadie lo imaginó así pero el destino quiso que todo ocurra de esta manera. La Unión de Formosa debía iniciar hoy su pretemporada pero la dura noticia que llegó desde La Plata, revirtió los planes. El fallecimiento de Juan Andrés Gianella, el hijo mayor de Nicolás Gianella, abrumó a cada integrante de La Unión desde que se conoció la noticia y entonces se tomó la decisión de posponer los trabajos y, a la distancia, y compartiendo el dolor, intentar –si es que se puede en estos casos- acompañar a Nico y su familia.

Estas son situaciones donde nada de lo que se pueda decir o escribir, sirve. No hay palabra o expresión que aunque sea mitigue tanta impotencia, tanto dolor. Esta sensación la vivió cada integrante de La Unión de Formosa al recibir la lamentablemente noticia del accidente que sufrió “Palito” Gianella. Y entonces, de golpe, todo fue muy diferente a como se pensaba vivir el primer día de pretemporada.

Desde lo informativo, habrá que decir que el plantel se juntó en horas de la mañana en el Polideportivo Cincuentenario y, casi de manera espontánea, cada uno fue buscando la forma de hacer lo que la oportunidad pedía, con lo difícil de tener la certeza de qué es lo correcto para estos casos. Así fue Mario Romay, Director Deportivo, quien habló con todo el grupo comunicando que sentían que, de alguna manera, había que estar con Nicolás Gianella y que por eso se posponía el inicio de la pretemporada para mañana martes, para que este, pautado primer día de entrenamientos, sea una jornada de duelo, algo que también se extendió para todo el básquet que depende de la Federación Formoseña, por lo que se suspendieron las actividades programadas.

Muchas veces se habla de lo atípicas que pueden resultar diferentes situaciones que se pueden dar en el ámbito deportivo, pero cuando se dan este tipo de circunstancias, el resto solo es accesorio. En este primer día que tuvo La Unión, cada pensamiento, cada palabra de sus integrantes, es como que tenía sabor a poco, todo daba la impresión de no servir. Y ciertamente es así, por eso esa impresión que flotó en la triste mañana del Cincuentenario. Una mañana de inicio de año que debía reunir otras características, en condiciones “típicas”, si vale la expresión. Pero que fue acaparada por el dolor de todos. Todos, como se decía, a la distancia, compartieron el dolor de los Gianella. Fueron sus compañeros en el dolor más grande.

Informe: Gonzalo Deangelillo – Prensa La Unión de Formosa