Quilmes 79 - Peñarol 82
1C:
27 - 22
2C:
14 - 24
3C:
20 - 15
4C:
18 - 21

Estadio: Polideportivo Municipal Islas Malvinas

Fecha y Hora: 19/11/2013 21:30hs

Fecha 11 - Fase 1

Árbitros: Chiti Alejandro - Ramallo Alejandro

Récord Quilmes: 14 PJ, 8 PG, 6 PP

Récord Peñarol: 14 PJ, 9 PG, 5 PP

La estadística dirá que Peñarol se quedó con una nueva edición del clásico por tres puntos, 79-82, gracias a una bandeja “made in” Facundo Campazzo y que en el global, capturó 47 rebotes contra 35 de Quilmes. Pero lo que nunca podrán decir los fríos números, por suerte, sino que escribiríamos, es que durante 40 minutos, estos dos equipos mantuvieron con los “pelos de punta” a las más de siete mil personas que coparon el Estadio Polideportivo Islas Malvinas.

El partido fue palo y palo desde que Chiti lanzó la bola al aire, Ghersetti la cacheteó y Campazzo, rápido e inteligente la robó, clavando el primer triple del partido, de ahí en más intercambiaron goles y liderazgo en el marcador. Pero con una tendencia, por momentos se jugaba a lo que el “tricolor” proponía, que era defensas duras y correr la cancha, teniendo como resultado un goleo alto, que al cabo de los primeros diez minutos lo favorecían por cinco puntos, 27-22.

Sin embargo, todo lo bueno que había hecho Quilmes, en el parcial inicial, se deshizo en el arranque del segundo, donde la figura de Adrián Boccia, comenzaba a tomar protagonismo, no sólo en el aporte de puntos (12 en ese período), sino en los rebotes, que complicaban a una defensa cervercera que no le podía encontrar la vuelta para contenerlo, ya que se paraba como perimetral y rompía hacia el aro, con un lanzamiento tan difícil de bloquear como efectivo, además en la lucha en el poste bajo, Martín Leiva aportaba su cuota de sacrificio, para que al descanso largo el Milrayitas diera vuelta el marcador, 41-46.

La charla de Leandro Ramella a sus muchachos en el vestuario causó el efecto esperado, porque su equipo puso en aprietos a un Peñarol que comenzaba a fastidiarse y a cargarse de infracciones, lo hizo con sus armas, defensa interna, Baxley al fin pudo domar por momentos a Boccia, y ataques rápidos, de la mano de Sahdi, que encontraba siempre al mejor compañero para lazar, así las cosas sumado a un conjunto el “materno” que comenzaba a complicarse con las faltas de Johnson y Weigand, veía como esa renta obtenida al finalizar la primera mitad, de cara al cuarto decisivo no era tal, sino que llegaban a la definición del pleito empatados en 61 puntos.

Los de Rivero sacaron una pequeña luz en los minutos iniciales, Quilmes contestando, tras otro tiempo solicitado por Ramella, a partir de allí el juego ganó en emotividad, porque ambos se equivocaban y acertaban, pero quien hizo las veces de visitante, Peñarol, seguía dominando y sacando una ventaja en los rebotes, donde el trabajo de Diego Romero, no era suficiente ante Leiva, Boccia, y Gutiérrez.

Por eso, el “tricolor” entendió que si volvía a defender de manera solidaria, ayudando en el poste bajo, impidiendo las segundas y/o terceras jugadas, podía llevarse el triunfo. Con esa premisa los minutos finales fueron emotivos. Quilmes, gracias a la irritabilidad de su adversario de estar 71-78 abajo, se acercó a 77-78, con 3:13 por jugar, producto de las faltas personales de Boccia, Campazzo, Johnson y la quinta de Axel Weigand.

Con el juego, 80-79, Facundo Piñero, tras una buena defensa, cometió un pecado de juventud, al tomar un innecesario lanzamiento de tres puntos cuando restaban poco más de 25 segundos en el reloj de juego, en el ataque siguiente, Facundo Campazzo hizo una especialidad de la casa, consumió segundos, encaró en la personal hacia el canasto y con una bandeja con contorción incluida ponía el 79-82, dejándole algo más de diez segundos para que Quilmes fuera por la heroica.

Algo que no consiguió, porque esta vez quien defendió bien duro fue Peñarol, que le cortó la chance de lanzamiento en tres oportunidades y en la última con cuatro segundos, le permitió a Romero el lanzamiento con la chicharra encima, el pivote falló y en el rebote Piñero tampoco pudo convertir.

Sin dudas, Quilmes volvió a dar muestra de que puede pelearle mano a mano a cualquier rival, hoy le faltó temple y olfato, algo parecido a lo del clásico en la fecha inaugural, aunque en aquella jornada, siempre debió remarla de atrás y ahora deberá en su travesía lejos de casa, el viernes en Comodoro Rivadavia, frente a Gimnasia Indalo, el único clasificado en la zona sur y el domingo frente a Lanús, tratar de conseguir el boleto tan ansiado para el Súper 8.

Mientras que Peñarol, nuevamente gracias a su pequeño gigante, Facundo Campazzo y a un intratable Adrián Boccia, goleador con 26 puntos, pudo sacar adelante un partido muy duro, e hilvanar tres triunfos consecutivos, para soñar también en tener un pasaje a la cita de los mejores ocho de la primera fase.

Síntesis:
Quilmes (79):
Fabián Sahdi 9, Walter Baxley 27, Federico Marín 13, Maximiliano Maciel 5 y Mario Ghersetti 8 (FI) Diego Romero 4, Facundo Piñero 13, Lucas Ortiz 0 y Thiago Moledous 0. DT: Leandro Ramella.

Peñarol (82): Facundo Campazzo 14, Kejuan Johnson 4, Adrián Boccia 26, Leonardo Gutiérrez 14 y Martín Leiva 17 (FI) Matías Ibarra 0, Axel Weigand 7 (x), Gabriel Fernández 0 e Isaac Sosa 0. DT: Fernando Rivero.

Parciales: 27-22, 41-46, 61-61 y 79-82.
Árbitros: Alejandro Chiti – Alejandro Ramallo.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.

Crónica: Alejandro Maldonado Casamajor @alemaldonadopd / Especial para InfoLiga
Fotos: Demián Schleider www.infoliga.com.ar @infoliga