Todos los condimentos que se le puede pedir a un duelo del calibre de un Instituto-Atenas, estuvieron en el Ángel Sandrín. El segundo cruce cordobés de la Liga Nacional de básquetbol quedó en mano de Instituto, como el primero, por 72-69. La Gloria volvió al triunfo después de tres caídas en hilera, hizo borrón y cuenta nueva y ya debe poner la cabeza en La Unión de Formosa, que llega el lunes a Córdoba.

Rodney Green fue el nombre del inicio del partido. Fue determinante en el mano a mano con Walter Baxley; convirtió 10 puntos seguidos y puso la primera luz: 13-5. Desde ese momento, errores ofensivos de Instituto lo llevaron a dilapidar la diferencia y permitir un parcial de 2-11 a favor de Atenas, que se adelantó 16-15 con un Baxley protagonista (11 en el cuarto). La diferencia terminó siendo mínima y La Gloria se quedó con el 25-24 inicial.

Una ráfaga del albirrojo, con el presente de John DeGroat (5 seguidos) que había estado ausente en los dos primeros encuentros y Pablo Bertone (9 y gran defensa sobre Baxley) salido desde la banca, más un trabajo colectivo muy intenso en los dos costados, los de Ariel Rearte se escaparon 39-27 tras un parcial de 14-3 y estiraron la máxima a 14 (45-31) con dominio absoluto de las acciones, que lo llevaron a quedarse con la primera mitad: 48-37.

A los tercero diez minutos se los repartieron. En los primeros cinco, Instituto fue una tromba (después padeció su conocida sequía ofensiva); en los últimos, Atenas despertó y concretó un parcial de 20-11 para ponerse en juego con Baxley y Pete Mickeal determinantes. Acortaron a apenas dos y cerraron 59-57, dejando todo abierto para el final.

Y el último cuarto era para cualquiera. Se alternaron el dominio, con mucho mérito del albirrojo que no encontraba el camino. A 5´42, con un zapatazo de Diego Gerbaudo sobre la chicharra, el Verde recuperó la diferencia en el marcador, adelantándose 64-63. 1´30 después, dos arrestos de Green, con defensa y corajeada sobre Mickeal, le devolvió la diferencia al dueño de casa (67-64). El resto, para el infarto. El que se equivocaba, perdía. Y la mano salvadora de Diego Ciorciari fue la que inclinó la balanza: primero con dos libres y luego con la tapa sobre la bola lanzada por Bruno Lábaque. Fin del trabajo.

Triunfazo de Instituto en un partidazo, que tuvo todos los condimentos de un duelo regional. Fue 72-69, se festejó y ahora Instituto ya debe pensar en el lunes, que enfrentará en el Ángel Sandrín a La Unión de Formosa.

Informe: Prensa Instituto