Sánchez: «Guzmán es malo»

“Se equivocó siempre para el mismo lado. Como hay entrenadores buenos y malos, jugadores buenos y malos, Guzmán es malo”, apuntó “el Huevo”, luego del polémico arbitraje del juego que Boca perdió con Peñarol.

“El Huevo” es así. Polémico, frontal, sin medias tintas ni rodeos. Lejos de la corrección política, y apenas llegado a Bahía Blanca, Oscar Sánchez estuvo al aire en Uno contra Uno Radio y le apuntó al árbitro Silvio Guzmán, luego del polémico arbitraje en el que el equipo del bahiense cayó ante Peñarol de Mar del Plata en suplementario. “Tuvo una noche penosa, lamentable. Él subestimó a Boca Juniors y favoreció a Peñarol. Abiertamente lo digo”, planteó en relación a Guzmán.

Después de cumplir con los “rituales” de los mates con su madre Beba, y de compartir un rato con “Yuyo” Ginóbili y Raquel, amigos de toda la vida, el entrenador de Boca dialogó con José Montesano, Fabián Pérez y Matías Traversa y recalcó el cansancio y la desazón que dejan juegos tan friccionados, en los que un equipo siente que dejó todo pero que la victoria se escapó por factores ajenos.


Uno siempre se amarga, porque jugando contra Peñarol, un equipo durísimo, con una enorme chapa bien ganada, y jugando un partido en el que respetamos mucho nuestro juego defensivo y ofensivo, lo perdimos haciendo un gasto tremendo. Uno dice: “Pucha, no sirvió de nada”. Y llegás muerto, cansado, haciendo un desgaste tremendo, como estaba Alston principalmente. No sirvió de nada, solamente para decir que crecimos como equipo, con actuaciones individuales que me reconfortaron como Alejandro (Diez), (William) Graves, o los minutos que sigue tomando Marcos (Delía).

Empezamos hablando del arbitraje, porque el de ayer no fue bueno. ¿Se juega mucho más fuerte que en otras temporadas?
Uno puede jugar fuerte y legal, o puede jugar fuerte y de forma ilegal. Es ventaja y desventaja. Cuando enseñás un sistema, tenés que enseñar primero a cortinar, a disfrutar de una cortina, a leer el juego y a pasar bien el balón de acuerdo a lo que hace la defensa. Ahora, si vos sos tirador y tenés la mala fortuna de cortar por abajo, en esta Liga tenés tres o cuatro meses de vida físicamente, para decir, a los 28 años, “No juego más al básquet”. Nosotros tenemos que recapacitar un poco y pensar por qué la gente no va al básquet. Hay que tener mucho huevo para ir al básquet y ver esto. La gente del básquet, que somos idiotas del básquet, porque somos siempre las mismas caras, no aumentamos gente en proporción a lo que consiguieron nuestros olímpicos. En muchas ciudades no se llenan estadios ni con tres escalones. Entonces, hay que recapacitar y hay que copiar de los mejores y hacer un básquet más fluido, más abierto, que genere más pasión. Que no se juegue tan friccionado y después uno como hombre básquet, ve videos y te da vergüenza. Por ejemplo, el otro día Marisa, mi mujer, nos fue a ver. Y me dijo: “¿Para esto vas a hacer cursos? Esto es un asco, un desastre”. Uno está dribleando y se está sacando la defensa, chequeando con el balón… ¡Uf! Te crea un fastidio tan grande que se pierde la lectura y la comprensión del juego en sí. No hay una bajada de línea bien clara que diga: “Esto es básquet, como en cualquier lugar del mundo”. Y podés tener un 20 ó 30 por ciento más cuando se juegan playoffs, a cara de perro, pero si en temporada regular empezás jugando así, y con ese lema que dice: “Si pito, no queda nadie”, y que no quede nadie. Aprendamos a jugar básquetbol de una manera más legal. El básquetbol es un juego físico y creativo, pero que se juega de una manera más correcta y que pueda traer un poco más de público.

Es un papelón ver fotos o imágenes con los estadios vacíos.

¿Más tranquilo que anoche?
Estoy tranquilo, porque perder un juego es parte de la cosa. Obviamente, todos vieron, mis jugadores y mucha gente en la Argentina, la mala noche que tuvo Silvio Guzmán. Fue penosa, lamentable. Es así: se equivocó siempre para el mismo lado. Como hay entrenadores buenos y malos, jugadores buenos y malos, Guzmán es malo, pero es parte de la casa. Son designaciones y hay que respetarlo.

Hubiese estado bueno unificar criterios de cómo se va a jugar, qué se va a pitar. Hoy, para un jugador como Paolo Quinteros o Julio Mázzaro, tiene que pelear con la Mole Moli, Karadagian, chocar y chocar. Ahora, sabiendo cómo se juega, ¿qué les decís a tus jugadores? ¿Que hagan lo mismo?
No. En caliente vos decís: “Que sea una carnicería”. Pero yo lo que trato de enseñar, cuando mi jugador cortine, lo haga con un centro de gravedad bajo y con sustentación: para eso hace pesas, para tener el contacto con el jugador, pero con el timming disponible. No creo en la cortina en movimiento y mucho menos cuando se corren con la cadera o el culo. Pero cuando hacés seguidor, te corren con la cadera y te sacan. Cuando normalmente hay un gesto que se comete como error, en los bloqueos directos, en el pick and roll, la falta de timming hace que arranque antes el dribleador que el cortinador, y eso hace que para tomarlo, se corran. Y eso es ilegal, tan evidente a 7 metros del aro, con un jugador de 2,08 metros contra un base de 1,80. ¡No la podés dejar de ver! Una vez estábamos en Tenerife con Pat Riley, y le preguntaron por el título que ganó con Kareem con un foul y toda la Liga sabía que no había sido foul. Pat dijo: “Sí, pero a ese foul se lo ganó durante 20 años de carrera”. Sí, pero es uno…

Como ayer Leo Gutiérrez, cuando lo saca a “Palito” Alston…
Exactamente. Pero uno. Hay una impunidad tan grande… Yo no voy a dar nombres, pero vos dijiste uno. Y es así. Yo no lo puedo creer. Gracias a Dios no soy jugador, porque si soy jugador, lo ahorco con la corbata.

En su momento también tenían licencias jugadores como “Pichi” Campana.
Te digo: fui a almorzar con un jugador muy importante y me decía: “Yo voy a hablar, porque esto es una vergüenza; esto no es básquet”. Yo sé lo que va a pasar ahora: hay una reunión y me parece una falta de sentido total, porque debería haber sido a principios de temporada.

Más allá del resultado, anoche hiciste un show y divertiste con tu duelo con la platea…
Han estado 25 años en contra y que te vean putear desde el minuto 1 al 40… Fue un buen espectáculo, yo estaba metido en el juego. Es mi manera. Yo me sentía bien. También lo quiero disfrutar. Y hay algunos que protestan. ¿Qué protestan? Hay que tener cara para protestar lo de ayer. Lo tomo como una noche mala y fue así, fue duro, porque cayó en un 80 por ciento de los errores sobre Guzmán.

En las repeticiones de la TV, hubo varias jugadas que se vieron y que fueron errores. Yo lo conozco bastante a Guzmán…
…Yo estoy cansado de que sea buena persona. Somos todos buenas personas. Acá hay que ser idóneo. Vos votás a uno porque éste no afana. Es normal que no robe. Es algo natural ser buen tipo.

¿Vos creés que lo hizo adrede?
Le pesó muchísimo el partido. No tuvo los cojones para pitar lo que tenía que pitar. Le pesaron muchísimo los apellidos. Él subestimó a Boca Juniors y favoreció a Peñarol. Abiertamente lo digo. Si de ocho pitos, de los ocho no te da una, será buen tipo, pero no voy a ser político en esto y si me quieren “matar”, que me maten. Convivo desde el año ’84 en la Liga y ellos saben cómo soy yo y yo sé cómo son ellos. Pero hay árbitros que no están capacitados para partidos donde se juega mucho: y Guzmán es uno de ellos.

Estos fallos arbitrales, ¿son en contra de Oscar Sánchez o de Boca?
Todos saben que yo no soy un santo y está más allá de Oscar Sánchez. Una vez el año pasado me llegó un chimento de un árbitro FIBA, que me dijo: “Hay una orden de (Eduardo) Bellón de matarte”. Y te soy sincero: creo que Bellón es un tipo honesto. No me gusta cómo está trabajando, pero es un tipo honesto.

¿Chequeaste esta información?
Sí, la chequeé. Pero no hay problemas. Son en caliente. Boca es una marca, pero también es un problema, porque la gente va a Boca como un teatro, y Bellón no va a Quimsa, no va a Corrientes… ¿O vos lo viste alguna vez? Acá hay algo muy claro: ayer hubo un mal arbiraje. Mis jugadores estaban muy mal, como ser Stanic, Alston, porque vos sabés lo que es jugar 40 minutos contra Peñarol, torta a torta, durísimo, y no ligar una. ¡Dame una, hermano! O’Bannon me dice: “Está en televisión, te están viendo en colores; no voy a protestar algo que no fue”. Pero ya está. Lo único que tengo que pensar es que hubo un mejoramiento muy grande de jugadores que estoy necesitando como Ale Diez, que además se lo merece. Y me pasó lo de Martina y se ganó más minutos Marcos. Pero a Marcos le conviene más más jugar contra Serbia que jugar la Liga. Ayer en un momento les dije: “Falta Karadagian”. Pobre Marquitos. Además, me meten presión y me dicen: “Huevo, ponelo”. Y yo dije lo estoy poniendo a Marcos Delía. Y cumplí: dije que lo iba a poner y lo pongo. Y tengo a un americano pivot, y al mejor suplente pivot, y a Marcos lo pongo.

Ahora, de la misma forma en que algunos son respetados por el apellido, también respeten la evolución de este chico. Si no, yo lo pongo a Martina con los guantes de box y le digo a Marcos: “Jugá contra Serbia, porque la Liga no es para vos”. La Liga es hacer pesas, y comerte la mancuerna, no sólo hacer pesas”.

Después de un juego como el de ayer, ¿te dan ganas de hablar con Guzmán o decís: “Ya está, listo”?
No, yo le dije. Soy un tipo espontáneo. Le dije: “Fuiste el culpable, fuiste un desastre”. El tipo me mira. El árbitro no pasa por tener buen porte, estar bien estéticamente. Hay que tener huevos y pitar. Y los apellidos son apellidos. ¡Vamos a tratar de pitar! Hay muchos que estuvieron en el póster, pero no todos son Ginóbili, Nocioni y Scola. Vamos a respetar a los jugadores que la luchan. Pero esto ya está: fue una mala noche y todo se acabó. Ahora tengo que pensar en recuperar, porque hay otra cosa: después de cada partido, cuesta mucho volver a entrenar. Vos vas, con la superficie de nuestro país, cómo se juega, y al otro día entrenar, y otra vez paliza. Hay chicos como Stanic que están asustado. Para recuperar, tenés que jugar con chicos de 24 o 26 años de promedio, y con una rotación larga, porque a este ritmo, los playoffs y las lesiones van a ser durísimas. Y no sé quién llega a los playoffs.

No me sorprende. Después vamos a pasar a “mancha venenosa” y después terminamos como siempre.

Hace un año y medio atrás se habló de lo mismo con Atenas.
Seguro. Siempre pasa esto. Es bueno escuchar a los demás entrenadores…

Hace un rato hablaba Fabio Demti y coincidía en esto. Si coincide Fabio, que es María Paula… Jaja. Es un monstruo, un caballero, un tipo que nunca dice una palabra de más.

El decía de hacer un mea culpa, porque el técnico y el jugador tiene que colaborar.
Claro. Tenemos que colaborar. Hay algo que está clarísimo: los argentinos somos todos ventajeros. Y es dificilísimo dirigir en la Argentina. Pasa en fútbol y pasa en básquet. Te tirás y parece que hubiera pasado un puñal. Pero acá lo estamos viendo: acá se juega friccionado, se agarra. Acá al tipo con talento se lo destruye. El otro día alguien me dijo: “Fue un placer ver a Pepe, cómo distribuye su juego”. Y eso te invita como decir voy a ver a Farabello, o a “Pichi” en su momento, o a Paolo Quinteros. Pero después es todo una lucha. Fijate que las reglas fueron para favorecer a los ataques, pero hay cada vez menos puntos. Es todo una lucha, partidos más feos. Escribí un artículo en BásquetPlus haciendo mea culpa porque me cuesta mucho atacar. En el básquet hay que tirar para un 53 o 55 por ciento, pero cuando llegás a tirar, tirás excitado, con la marca encima, no hay una buena selección de tiros. En la Liga tirás cuando podés, no cuando querés. Se hace complicado para el común de la gente. Te quedás mirando la tele y que vayan los de siempre.

Entrevista: Uno contra uno radio – recontravaleradio.com.ar