Hay una cuestión de personalidad que ya se ve. Esa que permite disimular ausencias y potenciar a piezas individuales que deben asumir mayores responsabilidades. Eso es Atenas. Eso es este Atenas del Che García.
Anoche, el Griego se impuso 71-67 sobre Lanús, como visitante, en el marco de la octava fecha de la segunda fase de la Liga Nacional.
Lo del Verde fue para aplaudir. Es que jugó sin Bruno Lábaque (lesión en un tobillo) y, durante el juego, también perdió a Juan Manuel Rivero, quien sintió un tirón en la zona inguinal y no pudo seguir jugando. Además, logró reponerse de un mal primer tiempo y sobrellevó la carga de faltas que tuvieron algunos de sus jugadores. Al final, terminó quebrando a su rival, que no supo tener respuestas para la gran defensa visitante del complemento.
El Granate apostó mucho a la pintura. Allí, Taylor, Levy y Guaita, cada uno a su turno, aprovecharon las grietas defensivas de su rival. Atenas era más repartido en sus acciones, pero sintió la salida de Sucatzky, quien rápido se cargó de faltas.
Lo peor del Verde se vio en el segundo cuarto, cuando Atenas se desdibujó. Perdió confianza en ataque y en defensa no tuvo respuestas. Igual, nunca Lanús se le escapó demasiado. Algo de eso se repitió en el inicio del tercer parcial, cuando el local se escapó a 10. Pero allí comenzó la reacción definitiva.
Los robos, con Lescano y Gerlero a la cabeza, se volvieron una constante en Atenas y el partido se dio vuelta. El conjunto de Santander cayó en la telaraña cordobesa y vio cada más difícil anotar puntos.
Del otro lado, el equipo del Che sí tuvo variantes, aunque tuvo su momento Sam Clancy, que comienza a mostrar aspectos interesantes. Es verdad, da ventajas en lo físico. Pero emerge en él una actitud que empieza a rendir frutos.
Fue una gran victoria la de Atenas ante un rival que también venía con racha positiva y que de local es muy fuerte. El Griego, que sigue subiendo en la tabla, recibirá el lunes a Boca, en el Cerutti.
Crónica: diaadia.com.ar