En su mejor partido de la temporada, Quilmes tuvo todo para ganar durante tres cuartos, pero una laguna pronunciada en el final del tercero y más de la mitad del último, puso en riesgo una victoria más que necesaria pensando en la tabla de posiciones y en el clásico del domingo ante Peñarol. Por eso, fue tan festejado el doble de Hopson que le dio el triunfo por 78 a 76 ante Weber Bahía Estudiantes. Ya desde el comienzo se vio un Quilmes distinto a los de los anteriores partidos. Incluso al que perdió en el cierre ante Lanús, más concentrado, más firme en defensa y sin “regalar” tanto en los primeros cuartos, que era donde empezaba a perder los partidos. Entonces, si bien ese parcial lo perdió por 19 a 18, la sensación que dejó fue muy buena, experimentando un cambio positivo. Y eso se cristalizó claramente en el segundo chico, con sus mejores diez minutos de la temporada, aplastando a un candidato como Weber Bahía que no sabía si estaba en el Poli contra el último de la Liga o enfrente se le había puesto el mejor Peñarol. Goleo repartido, con mucha participación de sus nuevos extranjeros, el “cervecero” lo ganó 31 a 16 y llegó al entretiempo con su gente muy ilusionada y arriba por 14: 49-35. Al regreso de los vestuarios, el juego volvió a su desarrollo normal pero la distancia ya estaba sacada. Por eso, pese a los intentos de la visita por meterse rápidamente en partido, el “tricolor” volvió a apostar a la defensa y aunque perdió por 20-17, siguió con una ventaja interesante para los últimos diez minutos: 66-55 . Increíblemente, en el cuarto final aparecieron todos los fantasmas. Quilmes se quedó sin gol y Estudiantes le tiró toda la presión encima, con un par de corridas se le puso a dos (68-66) y trasladó la impaciencia al local que se encontraba con un final cerrado en un partido que parecía controlado. Enzo Ruiz le “bombardeó” el aro y Quilmes se fue de partido (anotó dos puntos en cinco minutos) y cuando se quiso acordar se vio abajo por 70 a 68. El golpe se sintió adentro y en las tribunas y los bahienses lo trataban de manejar con la experiencia de “Pepe” Sánchez. Pero cuando el ex jugador de la selección la pasaba sus compañeros no respondían y con un goaltending de Sciutto entraron al último minuto igualados en 76. El primer ataque de Bahía fue desaprovechado, pero Mojica capturó el rebote en ataque y recibió la falta a 28″, pero como no estaba en penalización no tuvo tiros. El mismo tiró un triple que erró y la última bola fue para el local, se la adueñó Hopson, se la dió a Sciutto que se la devolvió, penetró, metió y desató la fiesta en el Polideportivo de un Quilmes que ahora sí puede volver a soñar. Es un partido, falta mucho, pero no había mejor forma de llegar al juego Peñarol, que ganando el partido previo, de esa manera, alimentando la ilusión de su gente y buscando dar el gran golpe ante su “verdugo” clásico.

Crónica: Sebastián Lisiecki – 0223.com.ar
Fotos: Demián Schleider www.infoliga.com.ar
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