Si pretende enarbolar una identidad para encarar los playoffs, Regatas tendrá que tomar como muestra los más de 30 minutos de alto vuelo que jugó ante Gimnasia, de Comodoro Rivadavia, al que derrotó anoche 96-85 para conservar el 7º puesto en la etapa regular de la Liga Nacional de Básquetbol. Ahora, se las verá con el multicampeón Atenas, de Córdoba, en una serie de Reclasificación prevista al mejor de cinco enfrentamientos que empezará este viernes en Corrientes, sede también el domingo del segundo capítulo. Y recién el fin de semana que viene se trasladará la contienda a tierras mediterráneas.
No hay dudas que Regatas mostró un raudo crecimiento en el juego colectivo comparado con el triunfo del domingo último sobre Boca Juniors (82-75 en tiempo suplementario). Porque el equipo del parque Mitre tuvo intensidad en la defensa y al mismo tiempo encontró mejor fluidez en el ataque, prestándose más el balón y lastimando parejo ya sea en la pintura como desde el perímetro. Y lo sufrió esta vez Gimnasia, que llegaba afilado y con la intención de arrebatarle el puesto para contar con la ventaja de localía que igualmente la tendrá por la caída de Atenas (los patagónicos van contra La Unión -ver recuadro-).
Desde el mismo salto inicial se advirtió una actitud distinta en Regatas. Aguerrido en defensa, solidario para doblar las marcas y extender la presión a tres cuartos de cancha, el equipo del parque Mitre no le hizo fácil el camino a Gimnasia. Encima, en el costado ofensivo mostró mejor rotación de balón, generando un “embudo” para que las definiciones llegaran casi exclusivamente desde la zona pintada. Fue así como entre Kante, Roe y Romano -como alero aprovecha su importante talla para postearse- le dieron ventaja de 21-7 al local promediando el primer cuarto. Richotti, DT “mens sana” buscó variantes en el banco y las encontró con los ingresos de Gabini y Seawright, desequilibrantes en la llave. No obstante, la diferencia en el parcial inicial fue de 29-17.
Para el segundo segmento, siguió Regatas firme desplegando el libreto que más le convenía: jugar la pelota al poste bajo y hacer daño allí con Kante o Roe, quien se despachó con un “alley oops” primero -pase de Quinteros- y luego un “volcadón” llegando como tráiler para desplegar la ovación y aplausos de los presentes. Pero no fue sólo eso el equipo de Casalánguida, también ayudó con la sucesión de pases en ofensiva para generar espacios claros en el perímetro que fueron aprovechados por Cavaco con un par de triples; mientras que Roe y Romano también castigaron a distancia. Entonces, la brecha se mantuvo elevada y creció incluso a 47-30. Gimnasia salió del letargo a través de Franco y algo de Romero, aunque no mucho más y fue al descanso 14 abajo: 53-39.
Con el amparo del resultado, Regatas fue inteligente al dilatar las posesiones y jugar con la desesperación del rival. Entró 73-57 al período final y amplió la máxima a 78-57. Ahí sacó un poco el pie del acelerador y Gimnasia encontró una racha de 21-8 (se arrimó 86-78 con 2:25) esencialmente por el aporte de Gabini. Pero hasta allí llegó la visita y Regatas lo cerró sin sobresaltos.
Crónica: Diario Época