Magnano: «Me salió el hincha de adentro»

Con el gorrito de arlequín que le regaló su sobrino Ignacio y la bandera que le hicieron sus hijos Francisco y Sofía, Rubén Magnano, técnico de Atenas, festejó su cuarto título en la Liga Nacional. “En este equipo a todos los jugadores los elegí yo, lo que me da un alto grado de satisfacción”, dijo […]


Con el gorrito de arlequín que le regaló su sobrino Ignacio y la bandera que le hicieron sus hijos Francisco y Sofía, Rubén Magnano, técnico de Atenas, festejó su cuarto título en la Liga Nacional. “En este equipo a todos los jugadores los elegí yo, lo que me da un alto grado de satisfacción”, dijo el técnico del Griego.

Luego de nueve temporadas sin dirigir en la Liga Nacional, Rubén Pablo Magnano (54) volvió por toda la gloria y la consiguió. Con la victoria en la final sobre Peñarol, el técnico de Atenas conquistó su cuarto título y se convirtió en el más ganador de la LNB. “Estoy feliz por todo lo que nos habíamos comprometido, más allá del título, por aquello de recuperar la mística, la credibilidad, el apoyo del público, de los sponsors… Por fortuna pudimos plasmarlo con un título”, fueron las declaraciones del técnico una vez consumado el éxito.

Luego, Magnano dejó un párrafo aparte para el rival en la definición: “No me quiero escapar de un tema que es importante, del dignísimo rival que fue Peñarol, en todos los juegos. Tranquilamente la serie pudo haber quedado para ellos. Un poco por esa fortuna, que nos guiñó el ojo, la serie quedó para nosotros”.

¿Fue de las mejores finales que le tocó disputar?
Personalmente la viví de manera muy especial. Todos los títulos, todas las finales se viven así, no quiero ser egoísta ni olvidarme de ninguna, pero ésta por todo lo que centraba, entorno al equipo, a Córdoba, a mi regreso, a mi desafío personal, tiene un significativo especial.

Es el cuarto título, se transforma en el técnico récord… ¿Es especial por eso también?
No, no, para nada, yo no me fijo en los números, no me fijo en la historia, no me fijo en los récords, para nada, no me afecta. Sí me afectan otras cosas, como ese compromiso asumido que decía.

¿Qué diferencia tiene con el resto de los títulos logrados con Atenas?
Mis primeros campeonatos fueron con una camada de jugadores de excelencia y todo el mundo apostaba a ellos, mientras que el entrenador estaba opacado por las figuras. Yo no me sentía así, ni me hacía mal, al contrario. Pero ahora en este equipo a los jugadores los elegí yo, a todos, lo que me da un alto grado de satisfacción.

Incluso ha podido rescatar a jugadores como Figueroa, que hasta ésta temporada no estaban en tan buen nivel…
El se rescató sólo, yo lo único que hice fue entrenarlo, nada más… Debo decir que estoy orgulloso de mis jugadores, que pensaron en el equipo por encima de cualquiera de las partes. Fue una temporada muy saludable y ahora eso se disfruta.

¿Qué sensaciones quedan de esta final?
Ha sido una final muy colorida, por el comportamiento de la gente, la cantidad de espectadores, los estadios y el trabajo inteligente de la dirigencia.

¿Y en lo personal?
La sensación de ser campeón la vas disfrutando a medida que pasan los días. Cuesta mucho conseguir esto, es una Liga muy dura, se recorren con muchos kilómetros, son muchos meses, hay relaciones humanas, convivencia… Entonces, cuando uno repasa todo lo que tuvo que sortear durante la temporada y todo lo que costó hasta lograr el título, se suelta y festeja. Pocas veces me he puesto un gorro o una bandera, pero me salió el hincha de adentro. Atenas fue la casa que me dio la posibilidad de forjarme como entrenador y soy un agradecido.

Entrevista: LNB.com.ar