Peñarol-Atenas: las 5 claves del Juego 3

El tercer juego de la Serie Final fue el más abierto hasta aquí. Peñarol perdió el invicto en playoffs y fue vencido por primera vez en la temporada por Atenas. La serie tendrá un quinto juego obligatorio, en Mar del Plata, el 25 de mayo. Antes se enfrentarán el jueves, en un Orfeo imponente, que […]


El tercer juego de la Serie Final fue el más abierto hasta aquí. Peñarol perdió el invicto en playoffs y fue vencido por primera vez en la temporada por Atenas. La serie tendrá un quinto juego obligatorio, en Mar del Plata, el 25 de mayo. Antes se enfrentarán el jueves, en un Orfeo imponente, que lamentablemente quedó grande para el máximo espectáculo del básquetbol profesional argentino. Aquí, las 5 claves del partido.

1) Atenas. Sin jugar su mejor básquet, el actual campeón sacó chapa y anuló al aspirante. Defendió parecido a los juegos anteriores pero esta vez añadió resultados en el aro rival. Más allá de alguna actuación individual inesperadamente descollante, repartió el goleo y se dio el lujo de prescindir de algunas de sus figuras para que los habituales actores secundarios ganaran protagonismo.

2) Atenas. Sí, otra vez Atenas. Es que, prácticamente, hubo un solo equipo en cancha. Peñarol jugó a lo que el Griego quiso, no encontró nunca su norte y tendrá que cambiar radicalmente para conseguir su objetivo de irse match point a Mar del Plata. Hernández arengó a sus dirigidos en el primer tiempo muerto que solicitó, con el argumento de que si seguían así sufrirían una diferencia de veinte puntos. No se equivocó (la máxima fue de 21). Por mérito de Atenas, pero también por demérito propio, Peñarol tuvo porcentajes incongruentes para su nivel: 55% en libres, 50% en dobles y 23% en triples (con un global de 38% en tiros de cancha). Para guardar en los anales negros de su estadística.

3) Legaria. Una muestra del desconcierto milrayitas fue el ingreso de Legaria. La revelación que significó Campazzo había relegado al legendario armador a un tercer lugar en la lista de bases peñarolenses a lo largo de la temporada, y sus probabilidades de participar en la Final eran poco menos que utópicas (salvo a modo de homenaje en encuentros definidos a favor). Pero en una medida que tuvo algo de manotazo de ahogado y bastante más de mensaje, Hernández lo hizo ingresar por primera vez en un playoff -y, podría decirse, por primera vez en un momento relevante de un encuentro-. Legaria no jugó nada mal, y hasta encendió, junto con Mata, una luz de esperanza para el visitante, que se extinguió enseguida.

4) Ferrini. A pesar de un ingreso problemático, que le mereció un reto de los árbitros, su técnico y sus compañeros, Federico «Panterita» Ferrini tuvo su partido soñado. Defendió, anotó y provocó más desconcierto aún en el ya desbandado Peñarol. En este tercer punto, otra vez apareció un protagonista inesperado.

5) Suplentes. Más allá de los arrestos individuales de Ferrini (y los de Logrippo, que tuvo sus conversiones basura al final, pero también de las que valen durante el primer tiempo), hubo una nota diferencial entre los planteles, que a la postre resultó decisiva. Los relevos de Atenas fueron fundamentales. Los de Peñarol, intrascendentes. La rotación del plantel de Hernández, que -justificadamente- lo llevó a la consideración generalizada, simplemente no funcionó. El primer punto de un suplente para Peñarol fue en el último cuarto, de la mano de Legaria. No puede esperarse un triunfo en una noche donde los sustitutos no rindieron y los titulares -salvo Mata, por escasos minutos, y Leiva, por un lapso algo mayor- ni siquiera rozaron su nivel habitual.

Nota: T. Schleider, especial para InfoLiga.com.ar