Sánchez: «En Atenas sos un objeto»

Oscar Sánchez tuvo el celular apagado durante todo el miércoles, el día posterior a la derrota final ante Peñarol. No quería saber nada de nada, porque estaba caliente. Pero ayer lo prendió. Y habló, con todo un poco más digerido. Ácido, “el Huevo” tiró algunos dardos filosos, después de cerrar su segundo ciclo al frente […]


Oscar Sánchez tuvo el celular apagado durante todo el miércoles, el día posterior a la derrota final ante Peñarol. No quería saber nada de nada, porque estaba caliente. Pero ayer lo prendió. Y habló, con todo un poco más digerido. Ácido, “el Huevo” tiró algunos dardos filosos, después de cerrar su segundo ciclo al frente del plantel de Atenas e inocultablemente distanciado del presidente griego, Felipe Lábaque.

“Primero, hubo un malentendido. ‘Felo’ sabía que yo no me iba a quedar. Cuando hace dos meses me ofreció un nuevo contrato, le dije que había venido por cinco meses y que quería esperar. Él sabía que no seguía. No sé quién le dijo que me quedaba”, arranca el bahiense.

Cuando se le consulta si hubo comunicación oficial del adiós, Sánchez señala que no existió ningún tipo de contacto. “No me dijeron nada. Ni a mí ni a Alejandro Lotterio (su asistente) ni al “Kily” (Romero), que se sintió muy afectado. Hace mucho tiempo que no vemos a los dirigentes”, asegura. “Fui a cobrar y, como siempre, Atenas cumple. Pero vos sos un objeto”, remarca.

Te noto muy dolido.
No, dolido no. Te digo la verdad, no me sorprende para nada este desenlace. Sabía que esto iba a pasar. Si yo hubiese estado interesado hace dos meses, le decía que sí a Lábaque. Yo conozco a Atenas y sabía cómo era: quería premio por salir campeón, no por salir segundo. Le dije que no quería renovar hace dos meses, porque había que ver cómo terminábamos, y si estábamos conformes de las dos partes. Para mí no pasa todo por un papel. Yo me cago en la plata. Ni siquiera en las finales de la Liga nadie me llamó ni me preguntó cómo estaba el equipo. Ni yo ni Lotterio, que está hace muchos años y le dio mucho al club.

Cuando te presentó, “Felo” dijo que eran amigos y habló maravillas de vos. ¿Qué cambió?
“Felo” es así. No me sorprende. Hoy te dice una cosa y mañana sale con otra. Pero yo no lo odio, para nada. El tipo es así. No me sorprende. Lo noté más alterado este año. Lo importante es que le cumplí económicamente llegando a las finales, que es lo más importante para él. En eso Atenas es implacable y Eduardo Álvarez es profesional y me admitió que les cumplí en lo económico. Pero no todo es la plata.

¿Estuviste con alguno jugadores para despedirte?
Sí, fui almorzar con (Diego) Lo Grippo y sigo en contacto con todos. Lo del “Kily” fue monumental. Quiso jugar el último partido, aun con los ligamentos rotos de un tobillo. Eso demuestra que no es que estábamos hechos con llegar a la final. Se tiene que operar y estar 25 días parados y me podría haber dicho: “Que pongan la cara los otros”. Pero estuvo.

¿Qué va a pasar con el plantel que dirigiste? ¿Quiénes se quedarán?
Están todos a la espera. Todos reciben propuestas muy importantes. Y eso me enaltece: que un jugador que trabaje con nosotros después tenga una buena cotización. Tienen muchas ofertas de laburo.

Ya sin equipo, ¿tenés otras ofertas?
Yo no especulé con nada. Sabía que no iba a estar más en Atenas y no especulé haciendo lobby para otro equipo, porque no me interesaba. Yo me concentré en las finales, porque quería que hiciéramos un papel bueno como el que hicimos. Estuve en Atenas en dos campeonatos y en uno fuimos campeones y en el otro subcampeones. Me parece que si a Peñarol se les hubiese lesionado Campazzo, no ganaban la serie. O si se les lesionaban Gutiérrez y Diez como se nos lesionaron jugadores a nosotros… A pesar de las adversidades estuvimos de nuevo ahí nomás. No pensé en otra cosa.

Suena difícil que puedas volver a Atenas en algún momento.
En Atenas nada es imposible. ¿Cuántas veces se fue Rubén Magnano? “Dos veces me echaron y una me fui solo”, dijo. Yo llevo dos, y las dos veces me fui solo. Creo que siempre tengo las puertas abiertas en Atenas. No es que me rescindieron, porque no tenía contrato un año más. Tampoco es la muerte. Es profesionalismo y ellos tienen todo el derecho del mundo a elegir sus jugadores y armar el plantel que quieran.

Estuviste dos veces en Atenas y en una fuiste campeón y en la otra, subcampeón. Pero en ambas se terminó de mala manera.
De mala manera no. Se termina cortando a lo Atenas. “Felo” necesita un entrenador que acepte las condiciones de la comisión: un entrenador al que le hagan el equipo a través de lo que quieren los dirigentes. Está quien se adapta a eso y quien no. Yo me fui a despedir en el club y sé quién es quién. Tuve un cuerpo técnico de lujo y me da pena que (Alejandro) Lotterio, un caballero y con gran experiencia, se quede sin laburo. Y Diego Ortiz, “el Bocha” Pérez, Juan Marioli… O Graciela, la secretaria del club. Profesionales de primera. También me fui a despedir de la gente del Polideportivo, como “Castrito”. Y tengo amigos como Mario Milanesio. Además, me encantó el público de Córdoba. Lo único, tienen que fijarse muy bien que el control remoto esté siempre con pilas, para seguir viendo las transmisiones de TV local sin sonido. Por lo demás, me voy con una relación excelente con la gente de Córdoba.

Entrevista: MundoD.com.ar