Quilmes de Mar del Plata derrotó con comodidad 90-69 a San Martín de Corrientes, liquidó el playoff 3-1 y se consagró campeón del TNA 2010-2011. Phillip Hopson, que anotó 28 puntos, volvió a brillar y condujo al Cervecero derechito a la Liga Nacional.
Las casualidades existen. Si no, que le pregunten a Quilmes de Mar del Plata, que el 17 de mayo de 1991 llegaba por primera vez a la Liga Nacional y, este martes, exactamente 20 años después, le ganó el cuarto punto a San Martín de Corrientes por 90 a 69 y volvió a la máxima categoría del básquetbol nacional. De la mano de Daniel Maffei desde el banco, un Mac Hopson de otro nivel, un grupo de jugadores que encontró su pico rendimiento en la etapa decisiva del TNA y la gente que colmó Once Unidos, el “cervecero” vive su propia fiesta y le avisa al mundo de la naranja que la próxima temporada podrá vivir de nuevo el clásico más importante del país: Quilmes – Peñarol.
Al igual que en el tercer juego, Quilmes tuvo un comienzo sobresaliente. Firme en defensa, certero en ataque, dejó sin ideas al conjunto visitante que sólo anotó 6 puntos en 7’ para escaparse rápidamente por (14-6). Con dos jugadas de tres puntos, San Martín intentó equilibrar las acciones pero siempre fue superior el dueño de casa, firme en su aro y efectivo en el ajeno para mantener la distancia, ganar el parcial por 22 a 14, con seis puntos de Hopson y cinco rebotes de Pomare.
De a poco, el juego empezó a tener un desarrollo más acorde a una final, con Quilmes teniendo errores, sin poder prevalecer en ataque y sostenerse por el buen trabajo en defensa (otra tapa de Pomare) y las falencias visitantes. Los tres minutos que estuvo sin anotar el local, fueron aprovechados por San Martín que, incómodo con la rotación defensiva local, se acercó a dos (22-20). El “loco” en el tablero no movió Hopson, con un gran triple en el momento más traumático del conjunto de Maffei que, encima, tenía a Espinoza con tres faltas personales. Todo lo bueno que el “santo” hacía en ataque, se le iba a la basura con la buena mano marplatense desde el perímetro (uno de Ferreyra, otro de Sepúlveda) y parcial de 6-0 para alejarse por 31 a 22. Las diferencias no eran tan marcadas, Quilmes se apuraba y, corriendo, la visita volvía a descontar. Era un PAR-TI-DA-ZO. Ahora sí se veía una verdadera final, emotiva, con pasajes de ida y vuelta, nerviosismo, alternancia en el dominio. El “tricolor” ya no encontraba buenas acciones ofensivas, San Martín le encontró la vuelta al partido, lo emparejó definitivamente y se iban al descanso por 4 (40-36) pero el “americano” nacido en Marcos Juárez se terminó de recibir de ídolo, clavó un triple de mitad de cancha sobre la chicharra y la marca encima para desatar la locura del Coloso de Parque Luro que se ilusionaba con estar más cerca del gran sueño.
El impacto de la “bomba” de Hopson se sintió en el arranque del complemento, con un “cervecero” imparable, mostrando superioridad, con un Once Unidos que se movía al ritmo del equipo que volvió a defender y atacar en gran nivel para sacar diferencias y mantener una distancia superior a los 10 puntos a lo largo de todo el parcial, aprovechando el nerviosismo y desconcierto visitante, que veía escaparse el partido, la serie y, por ende, la primera posibilidad de ascender. Con Quilmes arriba por 70 a 54, llegaron al cuarto decisivo con un porcentaje muy alto de la victoria en el bolsillo pero la concentración necesaria para saber que quedaban diez minutos y había que mantener la intensidad para no sufrir sobresaltos en el cierre.
Rearte se la jugó con un equipo rápido, que le permita correr para que no se consuma el tiempo y, además, apostando al tiro exterior que hasta ahí no le había dado resultado (4/19) pero era la única posibilidad de ponerse en carrera. Pero Quilmes no regulaba, no quería sorpresas, festejaba con juego lo que su gente con aliento. Hopson se recibió de ídolo, Pomare le mostró a los que dudaban en algún momento de su continuidad por qué siguió en el “cervecero”, el resto acompañó en gran manera para sacar la máxima (77-56) a 7’28” y ya desatar la fiesta hasta el final. Lo que siguió estuvo demás. San Martín se entregó, Quilmes se lució, la gente ovacionó. Hubo merecido reconocimiento para todos y cada uno de los jugadores, para Daniel Maffei, para el capitán lesionado Esteban López, para el héroe Mac Hopson, que llegó un día para ayudar y terminó siendo la pieza clave para este logro que deposita a Quilmes en el lugar del que nunca debió haberse ido.
Un 17 de mayo de 1991, Quilmes vencía en el quinto juego a Pico Football Club y logra el ansiado ascenso, por primera vez, a la Liga Nacional de Básquetbol. Hoy, 17 de mayo de 2011, el “cervecero” repite la historia, derrotando en el cuarto a San Martín de Corrientes, sellando la serie por 3 a 1 y diciendo “acá estamos”. La temporada 2011/12 volverá a tener a Mar del Plata latiendo al ritmo del gran clásico del básquet nacional: Quilmes-Peñarol, Peñarol-Quilmes, será otra vez el centro de atención en el primer nivel del deporte argentino.
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Crónica: Sebastián Lisiecki – 0223.com.ar
Fotos: Demián Schleider www.infoliga.com.ar
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