San Martín no logra dar dos puntadas con hilo en la Liga Nacional de Básquetbol y el malestar empieza a advertirse cada vez más. Anoche el que golpeó en Corrientes fue Boca Juniors, que se impuso 89-80 en el marco de la 4ª fecha de la segunda fase. Y eso que se esperaba un envión anímico del “rojinegro” tras la victoria del viernes ante Gimnasia, de Comodoro Rivadavia (72-68).
Pero el traspié abrió “grietas” en la relación hinchada-entrenador, pues la cabecera local despidió con insultos a Leandro Ramella, pidiéndole a viva voz que dé un paso al costado…
Ninguno mostró una defensa agresiva de arranque. El marcador de 27-23 favorable a Boca en el primer cuarto así lo refleja. Al buen comienzo en San Martín de McFarlan y Beitzel se agregó el buen ingreso de Matthews; pero el “xeneize” respondió con el oficio de Alston en el poste bajo, más la agilidad para llegar al gol de O’Bannon y el siempre productivo Stanic.
Amenazaba Boca con escaparse en el marcador, sin embargo San Martín impuso mayor intensidad en la marca y pudo dinamizar mejor sus ofensivas para ponerse fugazmente al frente (29-27). Claro que la supremacía no la pudo sostener porque Stanic surgió con un par de “bombazos”, O’Bannon continuó efectivo con el aro y Fierro le dio otra frescura en ambos costados de la cancha. Así, el visitante volvió a tomar el control y también intentó complicar plantándose alternadamente en zona. De todas maneras, el empuje del público le dio más resto al dueño de casa para volver a discutir el dominio del score y entonces fueron al descanso largo ahí nomás: 47-49.
La charla del entretiempo le dio mejor resultado a Boca, porque salió firme en defensa y “secó” a San Martín, que demoró más de cuatro minutos hasta poder convertir de cancha (doble de Ramírez Barrios). De ese modo, los del “Huevo” Sánchez comandaron desde lo psicológico y si bien tuvo el local una pequeña ráfaga productiva, tres triples casi consecutivos de Graves ante la estática zona del “rojinegro” alejaron al visitante hasta por doce (67-55) para enardecer a los simpatizantes presentes.
Si bien los diez puntos que separaban a un equipo y otro entrando al último cuarto, no parecían una diferencia indescontable, a San Martín le faltó convencimiento para creer en que revertir la historia era posible. Y Boca, en medio de esas dudas, no perdonó. Con la derrota ya inexorable, los hinchas de la cabecera local empezaron a gritar e insultar para que se vaya el técnico Ramella.
Crónica: Diario Época